Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo nació el 21 de febrero (o por esos días) del año 1747, en un Quito empobrecido, aislado y provinciano.1 Su padre, Luis Santa Cruz y Espejo, puro indio quechua, natural de la región india de Cajamarca, Perú, llegó a Quito a los quince años como ayudante del sacerdote y médico belenita fray José del Rosario. Este último había sido llamado a Quito como médico encargado de La Misericordia, único hospital de la ciudad. El joven Luis Espejo se puso en relaciones y se casó con la mulata María Catalina Aldaz y Larraincar, natural de Quito e hija de liberto.2 Esta humilde pareja tuvo unos siete hijos, de los que sólo tres alcanzaron la edad adulta: Francisco Eugenio, nacido en 1747, Juan Pablo en 1752 y María Manuela nacida en 1757. Los dos últimos sobrevivieron a Francisco Eugenio. Éste, en una de sus obras, señaló la pérdida de un tercer hermano en 1764, de viruelas, y en otra aludió a "otras" hermanas.3
Así como hay discrepancias sobre la fecha de su nacimiento y sus antecedentes familiares, también se especula sobre el origen del apellido "Santa Cruz y Espejo". Fray José del Rosario, médico y patrón de Luis Espejo, declaró que éste se llamó primero Benítez, luego cambió este nombre por el indio Chusig y finalmente por el de Espejo.4 Alberto Muñoz Vernaza, destacado investigador ecuatoriano, manifestó que el apellido auténtico era Espejo, y que el nombre Chusig (lechuza), era un apodo de Luis Espejo en Cajamarca antes de dirigirse a Quito. La parte del apellido "Santa Cruz", se añadió "por devoción", según fray José del Rosario.
1 El certificado de bautismo de Eugenio Espejo ha servido para fijarla fecha de su nacimiento, puesto que era costumbre bautizar al reciénnacido dentro de un día o dos. Ver Hornero Viteri Lafronte, "Un libro autógrafo de Espejo", Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de. Estudios Históricos Americanos, Quito, IV (1920), p. 340, en que se cita a Carlos Pérez Quiñones, Revista Ecuatoriana (septiembre de 1892).
2 Según Alberto Muñoz Vernaza, María Catalina Aldaz y Larraincar fue liberada por el presbítero don Antonio Aldaz. Ver "Obras de Espejo", La Unión Literaria, Cuenca (1913). Aunque este artículo no estaba a nuestra
disposición en Estados Unidos, fue conseguido en Ecuador por la mediación atenta del doctor J. V. Trujillo, jefe ecuatoriano delegado en la Organización de las Naciones Unidas en 1957. Siendo el artículo una reproducción escrita a máquina, no ha sido posible establecer su paginación primitiva. Por lo tanto todas las referencias se harán citando a Muñoz Vernaza pero sin indicar la página. Ha habido mucha especulaciónentre investigadores ecuatorianos respecto de su situación y color. Federico González Suárez se refirió a la madre de Eugenio Espejo como "mujer del pueblo" (Escritos, cap. I, pp. xi-x^), mientras que Hornero Viten Lafronte la llama "mestiza quiteña" (Viteri Lafronte, Boletín, IV, 1920), p. 337. En 1782, un contemporáneo dijo de la madre de Espejo "su madre fulana Aldaz, aunque es dudosa su naturaleza, pero toda duda recae en si es india o mulata". (Escritos, cap. II, p. xviii.)
3 Ver Escritos, cap. II, pp. 372-373 y cap. I, p. 208. El supuesto de Hornero Viteri Lafronte de que Eugenio Espejo tuviese cuatro hermanas no ha sido comprobado. Ver Boletín, Quito, IV (1920), p. 341, n. 1.
4 Al discutir el nombre indio de Luis Espejo, Federico González Suárez, su principal biógrafo, dio dos nombres de ortografía distinta —Chuzhill y Chushig— sin indicar nunca la razón del cambio. Ver Federico González Suárez, Historia general de la República del Ecuador (Quito, 1890-1903), cap. VII, p. 113, n. 31; Escritos, cap. I, pp. xi-xii.
Astuto, Philip Louis: Eugenio Espejo, Abrapalabra Editores, Quito, 1992, Tercera Edición, pp. 51, 52