La Justicia de El Salvador ha absuelto este lunes a la
joven Evelyn Hernández, de 21 años, que fue acusada del delito de homicidio agravado tras dar a luz a su hijo muerto
y para quien la Fiscalía General solicitó el pasado viernes cuarenta años de
prisión. Fue violada y acusada de abortar, una práctica que está castigada con
tres décadas de prisión en el país, informa a Efe un portavoz de una
organización que brindó apoyo jurídico a la mujer.
La joven sufrió
un parto extra-hospitalario el 6 de abril de 2016 cuando se encontraba
en su vivienda. Sus abogados señalaron que fue trasladada por un familiar al
Hospital Nacional del municipio de Cojutepeque y allí mismo fue denunciada ante
las autoridades por el médico que la atendió.
Dentro de las pruebas
presentadas por la defensa para demostrar la inocencia de Hernández se
encontraba la autopsia hecha al bebé, que indica que murió por aspiración de
meconio, el primer excremento de los recién nacidos. Además, según informa EP,
la defensa ha destacado que Evelyn se desangró y perdió el conocimiento, por lo
que le fue imposible ayudar al bebé.
El caso ha
tenido repercusión internacional y los movimientos feministas han
defendido su absolución con presencia durante el proceso y carteles con el lema
«Justicia para Evelyn».
En un fallo emitido en julio de 2017 por el Tribunal
de Sentencia de Cojuteque, Hernández
fue condenada a 30 años de cárcel por el delito de homicidio. A pesar de
ser ratificado por la Cámara Primera de lo Penal de la Primera Sección del
Centro de San Salvador, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) lo anuló en
diciembre de 2018.
En El Salvador, el país que tiene la legislación de interrupción del embarazo más
restrictiva del mundo, las mujeres que sufren complicaciones durante la
gestación, que derivan en abortos espontáneos o con bebés que nacen muertos son
habitualmente sospechosas de haber
practicado un aborto, prohibido en todas las circunstancias y tipificado
como homicidio agravado.