martes, 29 de mayo de 2018
domingo, 27 de mayo de 2018
En Irlanda rompieron con el pasado: legalizaron el aborto
Por Pablo Guimón
Dublín, 27 de mayo del 2018
Irlanda rompió con su pasado,
culminó su modernización social y mandó un poderoso mensaje al mundo al
aprobar, por un contundente 66,4%, la legalización del aborto. El histórico
resultado del referéndum, nuevo hito en una corriente feminista global e
imparable, se celebró en Dublín por una generación joven y cosmopolita que toma
las riendas del último bastión del conservadurismo católico. El sí ganó en el
campo y en la ciudad, entre hombres y mujeres. El último tabú ha caído en un
país que, tras aprobar el matrimonio igualitario hace tres años, rechaza
definitivamente la injerencia de la Iglesia.
La contundencia del resultado,
66,4% frente a 33,6%, supone una histórica victoria de la Irlanda joven y cosmopolita.
La victoria representa un nuevo avance para el feminismo global, cuyos millones
de ojos estaban puestos desde hace días en este país de apenas 4,7 millones de
habitantes, en busca de más inercia para una ola que se antoja imparable. Y
entraña, por último, una aparatosa derrota de las poderosas fuerzas
ultraconservadoras globales, que habían volcado sus recursos en defender el
último fortín del catolicismo más reaccionario.
A las tres de la tarde del
sábado, la nueva Irlanda se congregaba ante el castillo de Dublín, donde tenía
lugar un recuento de los votos que iba constatando la aplastante victoria
anticipada la víspera por los sondeos a pie de urna. Los abrazos y las lágrimas
de emoción revelaban que ya nada iba a detener un momento que en todos los
corros se calificaba de “histórico”. Prominentes figuras de la campaña del no
ya habían reconocido su derrota.
Pasadas las seis de la tarde,
terminaba el recuento y revelaba que dos de cada tres votantes habían optado
por legalizar el aborto. La participación fue la más alta de los 21 plebiscitos
que se han celebrado en el país desde que en 1996 los irlandeses votaron por la
legalización del divorcio. Irlanda, donde un 78% de los ciudadanos se define
como católico, rechazó simbólicamente la intromisión de la Iglesia en los
asuntos sociales, meses antes de que el papa Francisco viaje al país, en la
primera visita papal desde 1979.
“Somos un país decente y
compasivo que se preocupa por sus ciudadanos. Este es el momento de la constatación
definitiva del cambio en Irlanda”, decía el diputado David Norris, de 72 años,
el primer cargo electo abiertamente gay del país, que pasará a la historia como
el hombre que logró la descriminalización de la homosexualidad en Irlanda en
1988.
El primer ministro, Leo Varadkar,
llegó al castillo de Dublín junto a Simon Harris, ministro de Sanidad y uno de
los héroes de la batalla por la despenalización del aborto. Fueron recibidos
con vítores. Harris anunció que el mismo martes pedirá formalmente al Gobierno
que apruebe su borrador de nueva normativa del aborto, para que se convierta en
proyecto de ley y pueda iniciar su tramitación parlamentaria. El líder del
Fianna Fáil, principal partido de la oposición, garantizó que los diputados de
su formación que apoyaron el no en la campaña, 32 de 44, “no se interpondrán en
el camino de la voluntad del pueblo irlandés”. El primer ministro dijo confiar
en que la nueva legislación esté aprobada antes de final de año.
La victoria del sí supone la
derogación de la Octava Enmienda, añadida en la Constitución de la República de
Irlanda tras un referéndum en 1983, que equipara el derecho a la vida de una
mujer embarazada con el de su feto. Esa es la base de una prohibición casi
total del aborto, incluso en casos de violación, incesto, anomalía fetal o
riesgo para la salud de la madre.
El restrictivo régimen legal
produjo una exportación del problema, como denunció la campaña del sí, a costa
del sufrimiento de las mujeres: cada año, cerca de 3.500 mujeres viajan al
extranjero a abortar y 2.000 más adquieren ilegalmente píldoras abortivas en
Internet, arriesgándose a penas de cárcel.
La propuesta del Gobierno, que
tramitará ahora el Parlamento, contempla el aborto legal en las primeras 12
semanas de gestación sin tener que justificar su decisión. Después, hasta las
24 semanas, las mujeres estarían autorizadas a abortar si su vida o su salud
estuvieran en riesgo o si el feto no pudiera sobrevivir fuera del cuerpo de la
madre. La campaña del no defendió que la propuesta del Gobierno va demasiado
lejos y oculta un “aborto a demanda”, pero lo cierto es que el texto
equipararía la normativa irlandesa con las de los principales países europeos.
“Lo siento. Espero que esto
absuelva la culpa de mi país”. El mensaje, escrito en una postal de la campaña
del sí por Triona Barrow, de 25 años, iba dirigido a Savita Halappanavar,
fallecida en 2012 de una septicemia, después de que se le negara la
interrupción de un embarazo que acabaría causándole la muerte. Su caso fue el
detonante para que muchas jóvenes decidieran sacar a la calle una rabia que
hasta entonces las consumía por dentro. El rostro de Savita, pintado en un
mural del centro de Dublín, amaneció este sábado cubierto de flores y mensajes.
Confiada en que el recuento
confirmaría la aplastante victoria, como haría horas después, Triona llevó su
mensaje a Savita con un ramo de flores a primera hora de la mañana. “Estamos
ante una Irlanda nueva”, decía, cubierta de lágrimas de emoción. “Esto quiere
decir que la sociedad por fin se fía de las mujeres. Lo siento, no puedo parar
de llorar, creo que estaré así todo el día”, advertía.
Triona había votado en Roscommon,
el pueblo donde nació, en el único condado que votó no al matrimonio igualitario
en 2015, convertido en símbolo de la Irlanda rural y reaccionaria. El sábado,
hasta en Roscommon ganó el sí (57%). Las líneas que separaban la Irlanda
cosmopolita de la conservadora y católica se difuminaron. En la Irlanda rural
ganó el sí. Solo en una circunscripción, la de Donagal, se impuso el no, y lo
hizo por solo un 51,87%.
El sí ganó entre las mujeres y
entre los hombres. Ganó en todos los grupos de edad, excepto entre los mayores
de 65 años. La incorporación al censo electoral de miles de jóvenes que no
pudieron votar hace tres años es uno de los factores que explican los casi
cuatro puntos más que cosechó el sí en este referéndum respecto al del
matrimonio igualitario de 2015. La barrera de la edad es la única que quedó un poco
en pie el sábado en Irlanda, y es una barrera que inexorablemente cae con el
tiempo.
El viernes por la noche la
emoción por la victoria apenas se disimulaba en el Pantibar, templo de la noche
gay dublinesa, donde la bandera del arco iris ondeaba sobre dos enormes murales
por el sí. Al borde de la medianoche, el DJ paró la música y conectó con la
televisión pública para que el público escuchara los resultados del segundo
sondeo a pie de urna: el sí ganaba por goleada. Los fieles irrumpían en un
jubiloso estruendo, antes de bailar desatados al ritmo irónico de Las chicas
solo quieren divertirse, de Cindy Laupper, y Fe, de George Michael. “Esto es
enorme”, opinaba Maureen Ryan, de 26 años, con los pies doloridos tras las
duras jornadas de campaña. “Es una Irlanda nueva, moderna y compasiva. La lucha
no ha terminado, aún hay conquistas pendientes, pero es un inmenso paso
adelante”.
El histórico voto por la
legalización del aborto en la República de Irlanda redobla la presión sobre Irlanda
del Norte, la nación británica con la que comparte isla. Irlanda del Norte
mantiene un extremadamente estricto régimen del aborto, que no está permitido
ni siquiera en casos de violación, incesto o anomalía fatal del feto. La
secretaria de Estado británica de Mujer e Igualdad, Penny Mordaunt, dijo el
sábado que la contundente victoria del sí al sur de la frontera trae
“esperanza” a Irlanda del Norte.
La legalización el aborto en la
República de Irlanda facilitará el trámite a las norirlandesas condenadas a
viajar para abortar, que podrán hacerlo en un futuro próximo por carretera. En
2016, más de 700 mujeres norirlandesas cruzaron el mar de Irlanda para terminar
sus embarazos en Inglaterra.
Promover un cambio en la
legislación del aborto en Irlanda del Norte es un asunto delicado, en la medida
en que el mayoritario Partido Unionista Democrático (DUP), extremadamente
conservador en cuestiones sociales, es el sustento del Gobierno de Theresa May,
desde que la primera ministra británica perdió la mayoría absoluta en las
elecciones del año pasado. Figuras de los principales partidos británicos se
pronunciaron el sábado a favor de una reconsideración de la estricta normativa.
Pero el DUP dejó claro que
revisarla no entra en sus planes. Irlanda del Norte “no debe ser presionada a
aceptar un aborto a demanda”, dijo Ian Paisley, diputado del DUP en Westminster
e hijo del fundador del partido.
domingo, 20 de mayo de 2018
En Iowa no hay hay debate: "la Biblia dice que la vida empieza con la concepción"
Este mes la
republicana Kim Reynolds, gobernadora de Iowa (Medio Oeste de los Estados Unidos, tres millones de
habitantes), firmó la ley antiaborto más extremista en el último medio siglo en
Estados Unidos, que establece que toda mujer que quiera abortar debe someterse
a una prueba de ultrasonido y si se detecta un latido cardiaco en el feto, lo
que sucede poco después de un mes, estará obligada a continuar con la
gestación. Solo se harán excepciones si hay malformación fetal, riesgo de
muerte para la madre y violación o incesto –casos en los que la víctima para
poder abortar deberá haber denunciado a la policía el crimen que ha sufrido
antes de 45 y 140 días, respectivamente–.
La fecha de
entrada en vigor de la ley es el 1 de julio de este año, pero organizaciones defensoras del
derecho al aborto ya la han impugnado en una corte local alegando que es
inconstitucional y se prevé una larga batalla judicial en torno a ella que
podría acabar dirimiéndose en la máxima instancia, el Tribunal Supremo federal.
La estrategia declarada del movimiento antiabortista a nivel nacional es,
precisamente, que una norma reproductiva de este cariz llegue al Supremo y
pueda ser revertido su histórico fallo de 1973 en el caso Roe vs Wade, que
supuso la despenalización del aborto.
La ley del
latido, como ya es conocida, es enormemente radical incluso para un estado de
la América profunda como es Iowa, de tendencia conservadora pero flexible, pues
desde 1973 ha tenido cuatro gobernadores republicanos y dos demócratas. Una
encuesta de este año de su principal diario, The Des Moines Register indicaba, por ejemplo, que un 71% de los encuestados estaban a favor de financiar con
dinero público a las ONG para la salud reproductiva que practican abortos en
sus clínicas.
La ley aún
vigente en este estado permite el aborto hasta las 20 semanas de gestación pero han
sido las bases religiosas de Iowa y el sector ultraderechista de los
republicanos quienes han forzado el endurecimiento legal. A la cabeza del
movimiento local antiabortista está la ONG Iowans For Life. Su directora,
Maggie DeWitte, católica de 44 años, está satisfecha con la nueva ley, pero no
del todo. “Lo que nosotros queremos es una prohibición total del aborto”,
explicó en su sede en la capital, Des Moines. “Cada año en Estados Unidos se
está asesinado a millones de hermanos y hermanas antes de que nazcan. En el
futuro se echará la vista atrás y la gente se preguntará cómo era posible que
las mujeres decidieran matar a sus propios hijos, de la misma manera en que hoy
nos preguntamos cómo pudo ocurrir el holocausto”.
Para los
antiabortistas prima su fe y desean que los derechos reproductivos se regulen
según mandato divino. “No hay debate. La Biblia dice que la vida empieza con la
concepción”, dice Whitney Smith, de 40 años y feligresa en Des Moines de la
Iglesia de San Juan y San Pablo. “Y quien no quiera basarse en la Biblia, basta
con que aplique la lógica: la vida es vida desde que se inicia el proceso de
vida”. Su enfoque es diferente al de Britney Allen, que reflexiona: “Tener
hijos es lo mejor del mundo y no creo que nadie debiera abortar; pero hay
mujeres que se quedan embarazadas en situaciones muy complicadas y… ¡uf,
dios!... Sí: creo que debe haber la opción de decidir”.
Además de
Iowa, en lo que va de año han impulsado leyes restrictivas los estados de
Mississippi y Luisiana –que quieren vetar el aborto después de 15 semanas– y
Kentucky –que busca prohibirlo a partir de 11 semanas–, aunque todas parecen
abocadas a perder en los tribunales. “Se trata”, dice DeWitte, “de una batalla
de varios frentes que esperamos ganar en un futuro. Tal vez no ahora, pero
quizás sí si hay una segunda Administración Trump”. El presidente y su
evangélico vicepresidente Mark Pence apoyan la agenda de los radicales y el
viernes el departamento de Salud propuso recortar los fondos federales a las
clínicas que practiquen abortos.
“La ley de
Iowa es un asalto cínico y descarado a la libertades y a la igualdad de las
mujeres en Estados Unidos”, juzga en respuesta por correo Katherine Franke,
directora del Centro para las Leyes de Género y Sexuales de la Universidad de
Columbia. “El movimiento antiabortista se ha vuelto aún más radical y
extremista con Trump. Espero que el Tribunal Supremo, en caso de que le llegue
el pleito, reafirme el fallo de 1973. No solo están en juego los derechos de
las mujeres, sino la reputación del Supremo como un órgano que interpreta la Constitución
de manera consistente a lo largo del tiempo y no respondiendo a las coyunturas
políticas”. En último término, la cuestión depende de la evolución del Tribunal
Supremo. Trump ya ha añadido un juez conservador a la composición de la máxima
corte, Neil Gorsuch, y su propósito es seguir inclinando la balanza hacia la
derecha. “Estoy muy preocupado de que en uno años lleguen a revertir el fallo
de Roe vs Wade”, dice Burkhiser.
Hoy, en la
tranquila y agrícola Iowa, se encuentra el frente de batalla más intenso de
la vieja pelea política entre fe y derechos civiles; aunque, por lo pronto, los
segundos permanecen a resguardo del sistema de justicia y respaldados por una
mayoría de americanos moderados.
sábado, 19 de mayo de 2018
Los niños en Palestina
Un niño palestino espera para ser trasladado a Egipto desde la frontera de Rafah, al sur de Gaza (fotografía de Ibraheem Abu Mustafa para Reuters)
Familiares sujetan a Laila al-Ghandour, una
niña de 8 meses que murió por la inhalación de gas durante las protestas
en la franja de Gaza (fotografía de Mohammed Salem para Reuters)
lunes, 14 de mayo de 2018
El Bili-Hut™
En el año 2011, la neonatóloga
clínica Donna Brezinski atendía a unos gemelos ictéricos en un pequeño hospital
comunitario en el noreste de Massachusetts. Como
se sabe, la ictericia es una afección común que causa un tinte amarillento en
la piel de un recién nacido, es causada por hiperbilirrubinemia o bilirrubina
excesiva en la sangre y es
fácilmente tratable por una tecnología conocida como fototerapia de luz azul. Sin
embargo, ésta es costosa en los países en vías de desarrollo y, si no se trata,
la ictericia puede ocasionar graves problemas neurológicos o incluso la muerte.
Los
gemelos bajo el cuidado de Donna tenían ictericia severa que requirió
tratamiento pero el hospital solo tenía una unidad de fototerapia que cumplía
con los estándares recomendados. Como
disponían de un segundo dispositivo, almacenado en otra parte del hospital, lo
utilizaron; sin embargo este último no fue tan eficaz como el primero lo que
significó que uno de los bebés tuvo que someterse a un tratamiento más
prolongado. Donna
Brezinski rápidamente solicitó la compra de un segundo dispositivo de
vanguardia, sin embargo se sorprendió por el alto costo.
Esta experiencia hizo que la doctora Brezinski pensara en la manera de que el acceso oportuno a la fototerapia pueda ser más fácil, incluso en los Estados Unidos. Se conoce que uno de cada diez recién nacidos desarrolla ictericia grave en su primera semana de vida, pero también se sabe que unos 6 millones de bebés nunca reciben la fototerapia que necesitan. "Hice algunas investigaciones sobre el tratamiento y los resultados de los bebés ictéricos en los países en vías de desarrollo. Descubrí que estaban muriendo de esta condición, fácilmente tratable, en gran parte porque no había acceso local a un tratamiento efectivo, en particular en las zonas en donde no existía una provisión eléctrica confiable". Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de crear una unidad plegable y ligera, muy parecida a una tienda de campaña, que pudiera funcionar con una batería de 12 V, como un automóvil o una batería de motocicleta. Con prontitud ordenó materiales por Internet, sacó su máquina de coser y comenzó a hacer prototipos directamente en la mesa de su cocina.
Con la ayuda de la empresa Little Sparrows Technologies, con sede en Boston, Massachusetts, este nuevo equipo fue lanzado en el año 2013 por Donna y su esposo, Gary Gilbert, ambos médicos afiliados a la Harvard Medical School. Diseñaron un dispositivo para el tratamiento de la ictericia que resultase duradero y proporcionase una alta intensidad luminosa que podría llegar a los bebés en cualquier lugar, sin importar el país en el que vivan. En el año 2014 recibieron una subvención para respaldar las pruebas de su innovación. El equipo se conoce como el Bili-Hut™, utiliza luces LED azules energéticamente eficientes instaladas en una carpa curvada que se puede montar en una tela reflectante similar a una tienda de campaña. El equipo resultó tanto liviano como portátil, se puede usar en cualquier lugar y permite colocar al bebé junto a su madre durante el tratamiento de fototerapia.
En el Hospital Kibuye Hope de la ciudad de Gitega en Burundi los cortes de energía eléctrica son muy frecuentes y pueden durar hasta 10 horas. La doctora Alyssa Pfister, que trabaja en este hospital, se puso en contacto con la empresa Little Sparrows pidiendo el Bili-Hut™ porque funcionaba a batería y era justo lo que necesitaban para su unidad de recién nacidos. Una segunda solicitud vino del doctor Lwabanya Marx de la Clínica Van Norman de la ciudad de Bujumbura, la capital de Burundi, que estaba cursando una Maestría en Liderazgo en Salud en la Universidad Brown. Su proyecto de tesis era mejorar la atención neonatal en su hospital y quería incorporar el Bili-Hut™ a su unidad de cuidados del recién nacido. "Terminó siendo una gran coincidencia que los doctores Pfister y Marx estuvieran en la facultad de la Facultad de Medicina de la Universidad Hope Africa. Se conocían, pero no sabían que el otro también se había comunicado con la empresa. Una vez que nos dimos cuenta de esto, la colaboración fue muy fácil ", dijo Donna.
Después de recibir las solicitudes de Burundi, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) trabajó con Little Sparrows para comenzar rápidamente las pruebas de campo. El apoyo de esta agencia permitió que el equipo tuviera impacto mucho antes de lo que esperaban. Hasta la fecha, más de 100 recién nacidos han sido tratados con el Bili-Hut™, en los dos sitios de campo de Burundi, lo que demuestra que el equipo, puede tratar rápidamente la ictericia en áreas de escasos recursos.
El continuo apoyo de la USAID está permitiendo a Little Sparrows continuar trabajando en Burundi y comenzar a desplegar el Bili-Hut™ en más países. Actualmente, se han asociado con el Brigham and Women's Hospital de Boston para integrar el Bili-Hut™ con su más reciente innovación, el Icterometer.
FUENTES:
viernes, 4 de mayo de 2018
jueves, 3 de mayo de 2018
miércoles, 2 de mayo de 2018
El Sistema GLASS para enfrentar la resistencia a los antibióticos
Los primeros datos publicados por la Organización
Mundial de la Salud sobre la vigilancia de la resistencia a los antibióticos
indican que los niveles de resistencia a algunas infecciones bacterianas graves
son elevados tanto en los países de ingresos altos como en los de ingresos
bajos.
El nuevo Sistema Mundial de Vigilancia de la
Resistencia a los Antimicrobianos de la Organización, denominado GLASS por sus
siglas en inglés, ha revelado la presencia generalizada de resistencia a los antibióticos
en muestras de 500.000 personas de 22 países en las que se sospechaban
infecciones bacterianas.
Las bacterias resistentes más frecuentes eran Escherichia
coli, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae,
seguidas de Salmonella spp. El
Sistema no incluye datos sobre las resistencias de Mycobacterium
tuberculosis (el bacilo que causa la tuberculosis), del que la OMS
hace un seguimiento desde 1994 y del que publica actualizaciones anuales en su
Informe Mundial sobre la Tuberculosis.
En los pacientes en los que se sospechó una infección
sanguínea, se observó una amplia variación entre países en la proporción de los
que presentaban resistencias bacterianas al menos a uno de los antibióticos más
utilizados, desde un 0% hasta un 82%. La resistencia a la penicilina, el
fármaco utilizado durante décadas en todo el mundo para tratar la neumonía,
osciló entre un 0% y un 51% en los países estudiados. Además entre un 8% y un
65% de las muestras de E. coli, una bacteria que causa infecciones de las vías
urinarias, presentaban resistencia al ciprofloxacino, un antibiótico utilizado
habitualmente para tratar estas infecciones.
El Dr. Marc Sprenger, Director de la Secretaría para
la Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS, señala que «el informe confirma
la grave situación que representa la resistencia a los antibióticos en todo el
mundo».
El Dr. Sprenger explica que «estamos comprobando que
algunas de las infecciones más frecuentes y peligrosas son farmacorresistentes.
Lo que resulta más preocupante es que estos patógenos no respetan las fronteras
nacionales. Por esta razón, la OMS anima a todos los países a establecer buenos
sistemas de vigilancia para detectar la farmacorresistencia, que pueden
proporcionar datos al sistema mundial».
El Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a
los Antimicrobianos de la OMS incluye actualmente a 52 países (25 de ingresos
altos, 20 de ingresos medianos y siete de ingresos bajos). Para este primer
informe, 40 países proporcionaron información sobre sus sistemas nacionales de
vigilancia y 22 países facilitaron también datos sobre sus niveles de
resistencia a los antibióticos.
La Dra. Carmem Pessoa-Silva, coordinadora de este
nuevo sistema en la OMS, explica que «el informe es un primer paso fundamental
para mejorar nuestro conocimiento del alcance de la resistencia a los
antibióticos. Esta vigilancia está todavía en ciernes, pero es indispensable
desarrollarla si queremos anticiparnos y atajar una de las mayores amenazas
para la salud pública mundial».
Los datos presentados en este primer informe GLASS
varían mucho tanto en calidad como en integralidad. Algunos países encuentran
problemas importantes para establecer su sistema nacional de vigilancia, entre
ellos la falta de personal, presupuestos e infraestructuras.
Sin embargo, la OMS está ayudando a muchos países a
poner en marcha sus sistemas nacionales de vigilancia de la resistencia a los
antimicrobianos con el fin de obtener datos útiles y fiables. El Sistema GLASS
está ayudando a armonizar la recogida de datos en todos los países con el fin
de trazar un panorama más completo sobre los patrones y las tendencias de la
resistencia a los antimicrobianos.
Durante muchos años, los sólidos programas de
vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos para la tuberculosis, la
infección por el VIH y el paludismo han ayudado a estimar la morbimortalidad
por estas enfermedades, planificar los servicios de diagnóstico y tratamiento,
conocer la eficacia de las intervenciones efectuadas y determinar pautas
eficaces de tratamiento para frenar las resistencias y evitar que aparezcan en
el futuro. Se espera que el sistema GLASS funcione de modo similar para la
vigilancia de las bacterias patógenas más habituales.
La utilización del sistema GLASS ya está impulsando
avances en muchos países. Por ejemplo, en Kenya ha servido para impulsar el
establecimiento del sistema nacional de lucha contra la resistencia a los
antimicrobianos; Túnez, por su parte, ha empezado a compilar datos sobre la
resistencia a los antimicrobianos a nivel nacional; la República de Corea ha
modificado por completo su sistema nacional de vigilancia para armonizarlo con
la metodología GLASS, lo cual le ha permitido facilitar datos muy completos y
de altísima calidad, y países como el Afganistán y Camboya, que presentan
importantes problemas estructurales, se han incorporado al sistema y están
utilizando el marco GLASS para reforzar su capacidad de vigilancia de estas
resistencias. En general, la participación de los países en el sistema GLASS se
considera una muestra del compromiso político creciente con los esfuerzos
realizados en todo el mundo para controlar la resistencia a los
antimicrobianos.
La necesidad de establecer un sistema mundial de
vigilancia se puso de manifiesto en el informe mundial de la OMS sobre la
vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos de 2014.
En octubre de 2015, la OMS puso en marcha el Sistema
Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos, denominado GLASS
por sus siglas en inglés. Para ello, trabajó estrechamente con sus centros
colaboradores y con las redes existentes de vigilancia de esta resistencia, y
se basó en su propia experiencia con otros programas de vigilancia. Ejemplos de
ellos son el sistema de vigilancia de la farmacorresistencia a los medicamentos
antituberculosos, que se viene aplicando en 188 países durante los últimos 24
años, y el sistema de vigilancia de las resistencias a los fármacos utilizados
para tratar la infección por el VIH, que se puso en marcha en 2005. En 2017,
este sistema había recibido datos sobre pretratamiento y resistencias adquiridas
de más de 50 países, utilizando métodos de encuesta normalizados.
Cualquier país puede integrarse en el sistema GLASS,
con independencia del grado de desarrollo de su sistema nacional de vigilancia
de la resistencia a los antimicrobianos. En cualquier caso, se recomienda a los
países que empleen los indicadores y normas de vigilancia gradualmente,
teniendo en cuenta los recursos de que disponen y las prioridades nacionales.
Más adelante, se añadirá al sistema GLASS información
de otros sistemas de vigilancia relacionados con la resistencia a los
antimicrobianos en el ser humano, como los de la cadena alimentaria, el control
del consumo de antimicrobianos y los proyectos de vigilancia específica, entre
otros. El objetivo es impulsar y reforzar el enfoque multisectorial de «Una
salud» para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos en ser humano,
los animales, los alimentos y el medio ambiente.
Todos los datos registrados en el sistema GLASS están
disponibles gratuitamente en línea y se actualizarán periódicamente.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de
la OMS, ha insistido en su propósito de hacer de la resistencia a los
antimicrobianos una de las máximas prioridades de la Organización, y para ello
ha reunido a expertos en la materia en el nuevo grupo orgánico Iniciativas
Estratégicas.
FUENTES:
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