Después de trasladar en ambulancia a una mujer con complicaciones de parto,
el joven estudiante de Medicina Luis Fernando Montes de Oca iba de regreso al
hospital donde realizaba su servicio social. Mientras viajaba por la carretera
de Zacatecas a Jalisco, él y el chofer de la ambulancia fueron interceptados y
asesinados a balazos. Horas después los encontraron junto a la unidad ya
incendiada. El evento de inmediato indignó a la sociedad, al sector médico y a
los estudiantes de medicina que exigen una respuesta a las autoridades.
"Sentimos mucha impotencia y decepción con la sociedad. Estudiamos para
ayudar a la población y por soñar con ser médicos nos terminan asesinando. Luis
estaba a solo tres semanas de concluir su servicio social para titularse como
Médico General”, dijo el vocero del Movimiento Estudiantil UAG y del Colectivo
#JusticiaParaLuis, quien por motivos de seguridad prefiere no dar su identidad.
También asegura que no conocen algún estudiante de medicina que no haya
sufrido un hecho relacionado con la violencia durante este periodo de su
preparación. Explica que no es algo nuevo, solo que, en la actualidad, con las
redes sociales, los casos se vuelven públicos y no quedan archivados.
"Envían a los estudiantes de medicina a zonas de alta peligrosidad
donde el crimen es el que manda. Incluso el acceso al lugar es complicado, se
tiene que llegar en burro o vehículos todo terreno para poder entrar. El
gobierno se ha aprovechado de los médicos de servicio social, sobre ellos recae
la responsabilidad de ofrecer salud. Van sin apoyos de logística, incluso el
estudiante pone de su propio dinero para comprar medicamentos e insumos”,
agrega el vocero del colectivo #JusticiaParaLuis.
Nadie asume responsabilidades
Por su parte, la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), institución
donde estudiaba Luis Fernando Montes de Oca, lamentó el fallecimiento. El
Estado no se ha pronunciado al respecto. Ambos hechos son calificados como
"tibios” y encolerizan al sector salud, el cual en últimas fechas ha
multiplicado esfuerzos al exponer su vida en la emergencia sanitaria del
coronavirus en el país.
"La universidad se ha mantenido distante, no ha sido solidaria.
Después de la muerte de Luis, convocamos a llevar pancartas para protestar y no
nos dejaron ni siquiera colgarlas con la excusa de que dañaríamos las paredes”,
agrega el vocero del Movimiento Estudiantil UAG. Fue en los años treinta que en
México se implementó el Servicio Social con la participación de los
universitarios; y hasta el día de hoy no se ha modificado su regulación en el
área de la medicina. "Se han tenido acercamientos, desde hace 10 años, a
raíz de las preocupaciones de los estudiantes. No se ha llegado a nada e
incluso se asignan plazas sin retribución becaria. Lo único que pedimos son
pasantías dignas”, comenta en entrevista con DW José Francisco Gómez Zapata,
Presidente Nacional de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación.
El acceso a la salud en territorio mexicano
Por la situación de violencia que se vive en el país, los estudiantes de
medicina piden la opción de hacer su servicio social en una fábrica, empresa o
prolongar su residencia un año más en los hospitales. También piden una reforma
en que se cumplan los plazos estipulados desde un inicio: "Es necesario
que los estudiantes solo cumplan con el tiempo de seis meses y que se envíen a
zonas seguras. Las universidades asignan las plazas que reciben del gobierno,
pero nadie se hace responsable ante un hecho de violencia”, agrega Gómez
Zepeda. Aún falta reconocer por parte del Estado y las Secretarías de Salud
locales el peligro que viven los jóvenes durante este periodo de la carrera.
Sobre el tema, la organización humanitaria Médicos sin Fronteras expresa
que: "Hace mucha falta la presencia de la Secretaria de Salud, desde hace
años faltan médicos y las brigadas móviles no llegan, son irregulares y se ven
afectadas por los incidentes violentos. En los diferentes lugares donde
trabajamos, siempre lo hacemos de la mano del personal de salud, pues nuestro
objetivo es apoyar a la Secretaría. Sabemos que muchos médicos y enfermeras no
son de la población y hemos encontrado casos en que han tenido que irse porque
han sido amenazados por los grupos criminales o viven situaciones de alta
inseguridad. Estos lugares se quedan desprotegidos y la población vive muchas
carencias, pues son comunidades alejadas; el costo de salir de ahí es alto y en
muchos casos las comunidades están confinadas por fronteras invisibles de otros
grupos armados”, comenta Laura Gómez, coordinadora de proyecto en Médicos sin
Fronteras para los estados de Guerrero y Michoacán.
"Nosotros llegamos a lugares donde la propia Secretaría de Salud no
puede llegar por la situación de conflicto. Lo logramos hablando con todos los
actores necesarios, desde la neutralidad, no tomamos partido, nos hacemos
conocer por nuestras actividades. Vamos solos y por nuestra parte, hacemos
nuestras evaluaciones. Antes de llegar a cualquier lugar conseguimos todos los
contactos necesarios, esto quiere decir, líderes sociales, los comisarios o los
encargados del orden, los sacerdotes, profesores, grupos armados legales e
ilegales. Hablamos con la mayor cantidad de gente posible que tenga que ver con
la zona para comentarles sobre nuestras actividades y nuestro interés de
brindar servicios de salud. El Estado debe reforzar su presencia en estas
comunidades que han estado abandonadas por años, y es ahí donde los médicos
tienen que huir por la violencia”, concluye Laura Gómez, de Médicos sin
Fronteras en México.
FUENTES: https://www.dw.com/es/m%C3%A9xico-por-so%C3%B1ar-con-ser-m%C3%A9dicos-nos-terminan-asesinando/a-58279722
https://www.somosfan.com/crimen/luis-fernando-montes-de-oca/64882/