Nació el 19
de diciembre y aún no tiene nombre. En la ficha médica que guinda de la
termocuna que le da calor, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la
maternidad del Guasmo de Guayaquil, solo se leen sus apellidos: Gómez Arreaga.
La
primogénita de esta pareja nació a las 32 semanas, pesó 1.200 gramos y midió 45
centímetros. “Debe ganar peso y alimentarse sola”, dice la pediatra Karla
Gilces, mientras la revisa.
Según la
Organización Mundial de la Salud, el parto prematuro es el que se produce con
menos de 37 semanas. El ciclo normal es de 40. El peso ideal del recién nacido
es 3 000 gramos y una medida de 50 centímetros.
Un estudio
de la OMS, en el 2010, reveló que los partos pretérmino representan el 10% del
total registrado en el mundo. Es decir, 12,9 millones de niños nacieron antes
de tiempo.
En Ecuador,
los trastornos relacionados con la duración corta de la gestación y el bajo
peso al nacer ocupan el primer lugar de las causas de mortalidad infantil
(Instituto de Estadística y Censos). En el 2010, de las 3 204 defunciones de
menores de 1 año, 535 fueron por esta causa.
La
ginecóloga Rebeca Yonceé, de la maternidad del Guasmo, dice que la prematurez
se puede evitar con la prevención. El control prenatal es un buen inicio.
Lo ideal,
según la OMS, son 13 controles durante la gestación. En el país, el Ministerio
de Salud fijó, como mínimo, cinco controles. Pero las estadísticas muestran que
las embarazadas apenas cumplen con tres chequeos.
Xiomara
Macías, de 27 años, cursa su segundo embarazo. Tiene cuatro meses. Cada mes
acude a sus citas médicas. “Mi primer hijo fue prematuro y murió. Ahora me
preocupo más”.
Yonceé
explica que con el control prenatal se identifican los factores de riesgo. Esto
es básico para establecer un tratamiento. Las infecciones urinarias y vaginales
son el factor de riesgo más común. Se calcula que uno de cada tres partos
prematuros se debe a este tipo de infecciones, que pueden ser evitadas con un
simple tratamiento en los primeros meses y un buen aseo.
La anemia
severa es otro factor. La obstetra Cecilia Freire recomienda ingerir vitamina C
(para fortalecer los músculos del útero), hierro, ácido fólico y calcio
(previene la preecamplsia). Esto a más de una alimentación balanceada, con
carnes, frutas, verduras y lácteos bajos en grasas.
El estrés
también se asocia a la prematuridad. Estudios demuestran que los cuadros de
estrés activan la segregación de hormonas que causan contracciones y relajan el
cuello del útero, similar a la labor de parto.
La ecografía
es una buena herramienta para detectar problemas, como placenta previa y
desprendimientos de la membrana del útero. La tecnóloga Blanca Rovello dice que
el primer eco puede ser en la semana 11. El segundo de la 18 a la 22.
El pasado
jueves, Jocelyn Zambrano, de 19 años, supo que tendría una niña. En la pantalla
de uno de los ecógrafos de la maternidad del Guasmo vio su rostro por primera
vez, en 3D.
En el país,
el año pasado se registraron 219 162 nacimientos. Cerca del 7% correspondió a
partos prematuros. Pero la cifra sube en ciertos centros.
La
maternidad Enrique C. Sotomayor, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, es
el centro de referencia nacional. En lo que va del 2011 reportó 22 282 partos.
El 15,88% representa nacimientos pretérmino (3 538 niños). “Aquí contamos con
172 termocunas. El 80% es ocupado por niños prematuros”, comenta Luis Hidalgo,
director.
Hidalgo
coincide en la necesidad del control prenatal, pero enfatiza la importancia de
la planificación del embarazo.
Así, tanto
el padre como la madre pasan por exámenes para detectar diabetes,
hipotiroidismo, anemia y enfermedades de trasmisión sexual. El chequeo además
recopila información sobre hábitos perjudiciales para el bebé (tabaquismo y
alcohol).
El cuidado
de un prematuro es riguroso. Sus pulmones deben terminar de madurar, al igual
que otros órganos. Y su sistema inmunológico se debe estabilizar. Por ello, en
una semana se pueden gastar miles de dólares.
El diminuto
cuerpo de la hija de los esposos Gómez Arreaga está ligado a varias sondas.
Monitores y portasueros rodean su termocuna. Ella deberá permanecer otras tres
semanas más en la UCI.
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