En el Centro
de Contención en Savelugu, Ghana, Sadia Mesuna y su amiga Fatawu Yakubu miran
un libro de imágenes sobre la Enfermedad del Gusano de Guinea, aprendiendo que,
dice Sadia: "uno se contagia con el Gusano de Guinea a partir del agua. Si
se la bebe sin filtrar, se obtiene el Gusano de Guinea". (En mayo de 2010,
con el apoyo del Centro Carter, Ghana registró su último caso de la Enfermedad
del Gusano de Guinea.)
Hace poco,
el Museo de Historia Natural de Nueva York inauguró una humilde pero importante
exposición llamada Countdown to Zero: Defeating Disease (Conteo a Cero:
Derrotando a la Enfermedad) donde el Centro Carter, que preside el ex
presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter, anunció que solo quedan 126
casos en el mundo de la Enfermedad del Gusano de Guinea o dracunculiasis.
La larva de
este milenario mal se ingiere en el agua de determinados países africanos y se
desarrolla durante un año en el organismo humano. Convertida en lombriz, se
desplaza hasta las extremidades inferiores, donde rompe la piel para depositar
sus crías. La extracción del parásito puede durar horas o días. Es muy dolorosa
y provoca fiebre y vómitos. Su prevención es muy simple: se trata de que la
gente tome agua no contaminada. Cuando el Centro Carter inició la primera campaña
mundial para erradicar al Gusano de Guinea en 1986, 3,5 millones de personas se
infectaban cada año en África y Asia.
Pese a los
incuestionables avances científicos y médicos de la humanidad, solo una
enfermedad ha sido borrada del mapa definitivamente, la viruela, lo que da idea
de la dificultad de esta empresa. “El número de casos de la enfermedad del
gusano de Guinea ha continuado disminuyendo desde 2013. Estamos cerca de la
línea de llegada. Creemos que puede ser erradicada en los próximos años, pero
lograrlo va a requerir un gran esfuerzo”, declaró Carter en Nueva York. El
Centro estima que se ha podido evitar que unos 80 millones de personas pobres y
desasistidas se contagien. De erradicarse, la dracunculiasis sería la segunda
enfermedad humana que desaparece por completo del planeta, después de la
viruela, la primera provocada por un parásito y el primer triunfo logrado sin
vacunas o medicinas.
Erradicar,
eliminar y controlar son cosas bien distintas. Erradicar es librar al mundo
entero de un mal; eliminar supone acabar con la enfermedad en determinados
países; controlar es evitar que los contagios aumenten.
En 1991
había 23.735 pueblos en 21 países de África y Asia en los que la transmisión
del Gusano de Guinea era endémica. A finales del año pasado, solo quedaban 30,
todos ellos en cuatro países africanos: Sudán del Sur (70 enfermos), la nación
más joven del planeta, Chad (13), Mali (40) y Etiopía (3). “Reconociendo que
los casos finales de cualquier campaña de erradicación son los más difíciles y
más caros de eliminar, el potencial de mejora permanente de la calidad de vida
en todo el mundo es tremendo”, dijo el doctor Donald Hopkins, vicepresidente
del Centro Carter.
“Estamos muy
contentos de colaborar con el Centro Carter en esta exposición sobre un desafío
de importancia crítica en el siglo XXI, como es el control y erradicación de
las enfermedades. El ébola nos ha demostrado que esta tarea ya no será nunca
más un asunto local, sino un problema global”, dijo Ellen V. Futter, presidenta
del Museo de Historia Natural.
Frente al
éxito sin precedentes que supuso borrar del planeta la viruela, que había
matado a 300 millones de personas desde 1900, la exposición es, también, una
voz de alerta. Apenas dos años después de que los casos de polio alcanzaran sus
cotas más bajas, la enfermedad vuelve a repuntar por culpa de los conflictos
armados en determinadas zonas del mundo cuyos sistemas de salud han quedado
destrozados.
Aunque la
polio tiene siglos de historia, no fue sino hasta 1800 cuando Estados Unidos y
Europa conocieron las grandes epidemias. En 1988 comenzó una campaña mundial de
erradicación, cuyos éxitos fueron recogiéndose año tras año. Los riesgos de una
recaída son ahora temibles. En Nigeria, Afganistán y Pakistán los
fundamentalistas se oponen, matando incluso, a las campañas de vacunación. En
otros lugares, como Siria, la guerra y los desplazamientos de la población han
provocado un repunte de los afectados.
La oncocercosis
o ceguera de los ríos es una enfermedad causada por un gusano que se transmite
por la picadura de insectos. Es la segunda causa de ceguera del mundo. Aunque
está prácticamente eliminada en América Latina, todavía 120 millones de
personas están en riesgo de padecerla. En el capítulo de horrores destaca la
filariasis linfática o elefantiasis, que deforma el cuerpo de sus víctimas en
proporciones insospechadas, lo que acarrea aislamiento social y marginación. La
produce un parásito y amenaza a unos 1.000 individuos en todo el mundo.
El último
capítulo de esta exposición se dedicó a la malaria, que mata a un niño en el
mundo cada minuto. No hay lugar para pensar que pueda haber una erradicación
cercana, pero los avances están ahí: desde el año 2000 los casos se han
reducido un 25% en todo el mundo gracias a nuevos tratamientos y a medidas
preventivas. Los científicos exploran cualquier posibilidad para combatir la
malaria, incluidos mosquitos genéticamente modificados para que nos puedan
transmitir la enfermedad.
“Queremos lanzar un mensaje de ánimo a la comunidad
médica: hoy podemos erradicar enfermedades por completo. Por eso, es muy
importante que la gente recuerde que todavía existen estas enfermedades",
dijo Jimmy Carter, mientras con el dedo señalaba un gran cartel de la
exposición con el número 126 destacado. Son los 126 difíciles pasos que quedan
para borrar de la faz de la Tierra una de las muchas enfermedades que amenazan
a la humanidad, aunque sus víctimas sean anónimas y no convoquen a millones en
las calles.
FUENTES:
https://www.cartercenter.org/health/guinea_worm/images.aspx (ingresado el 15 de enero del 2015)
http://elpais.com/elpais/2015/01/14/ciencia/1421255877_220050.html (ingresado el 15 de enero del 2015)
FUENTES:
https://www.cartercenter.org/health/guinea_worm/images.aspx (ingresado el 15 de enero del 2015)
http://elpais.com/elpais/2015/01/14/ciencia/1421255877_220050.html (ingresado el 15 de enero del 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario