Por Reinaldo Páez Z.
Columnista invitado
"Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más tiempo se hace rodar, más grande se vuelve": Martín Lutero.
Los médicos y los trabajadores de la salud se unieron para expresar su desacuerdo con la aprobación de la ley de defensa profesional, incluida en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) con la cual se conculca la labor de quienes trabajan por la salud. Se efectuaron marchas de "mandiles blancos" en todo el país y estaba lista una gran concentración de protesta a nivel nacional, que fue yugulada por una hábil maniobra oficial y por la candidez y buena fe de algunos dirigentes gremiales que fueron sorprendidos con la oferta de maquillar algunos artículos y hacerlos inocuos.
La noche en la cual se aceptó la tesis del oficialismo, estaban reunidos los miembros de la Academia Ecuatoriana de Medicina, profesionales que se han destacado por su sacrificio y entrega de muchos años, repletos de saber, docencia y amor. Al percatarse del sorpresivo acuerdo, que amputaba la expresión rebelde y triunfal, recibieron estupefactos la noticia. Su experiencia y años vividos les advertían que se había producido un engaño por parte del régimen.
Ha transcurrido un año desde la aprobación de esta ominosa ley y los resultados de su aplicación dan la razón a la incredulidad de los académicos. La ley ha afectado a los médicos, pues da curso a demandas e indemnizaciones millonarias imposibles de pagar durante toda la existencia, a más de la prisión y suspensión del ejercicio profesional.
Los médicos no aceptan el engaño y sus dirigentes han retomado con hidalguía la lucha contra los incumplimientos reiterados, pues a pesar del compromiso de las más altas esferas del Gobierno y de las múltiples comunicaciones emitidas por los organismos médicos federativos, que no han sido respondidas, no se ha abierto la mesa de diálogo para la discusión y aprobación del Código Orgánico de Salud (COS), cuerpo legal en el que debía incluirse el modelo de control de calidad de los servicios de salud, como se había acordado. Sin embargo, inesperadamente mediante el decreto 703, se crea la Agencia de Control Estatal de los Servicios de Salud (Acess) con una estructura dirigida por el Ministro de Salud y dos vocales, ninguno médico, el Presidente de la Senescyt y un periodista delegado de la Presidencia. Todos designados por el Presidente de la República. ¿Podrán las decisiones de este colectivo reflejar la realidad de los servicios de un área extraña a su formación académica?
La aplicación del COIP y la ley de defensa profesional han obligado a las instituciones y trabajadores de la salud a contratar seguros a costos elevados; si simultáneamente se ponen límites insignificantes a los honorarios públicos y privados, se ocasionará un serio problema de subsistencia a una profesión noble que requiere de tranquilidad y seguridad para su desempeño práctico y para su constante perfeccionamiento, estudio y actualización científica.
Los mandiles blancos resaltan la dignidad y exigen respeto, por ello las protestas.
FUENTE: http://edicionimpresa.elcomercio.com/es/242302361adf40d5-41a5-4c3a-b8ec-968dafd41825_25072015_/8
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