Por Rick Jensen, 08 de mayo del 2015.
Después de 52 días en el hospital, el bebé Stefan Mijatovic está siendo colocado en su asiento del coche de sus padres y conducido a su hogar por primera vez.
"Se va a casa dentro de una
media hora" dice la enfermera a los ansiosos padres de un bebé de ya 37 semanas
de edad gestacional.
Su mamá, Vera Mijatovic, tenía la
cuna preparada en casa desde
hacía dos meses. Después de ver a su pequeñín crecer en la Unidad de Cuidados
Intensivos Neonatales (UCIN) del Spectrum Health Helen DeVos Children’s, de
Michigan, New England, en Estados Unidos, estaba más que preparada, incluso había
limpiado las alfombras antes de la llegada de su niño a casa justo a tiempo
para su primer día de la madre.
En los primeros meses de embarazo
a Vera le diagnosticaron incompetencia del cuello uterino, una enfermedad en la
que el músculo que mantiene al bebé dentro de la madre se vuelve cada vez más
fino. Esto
puede hacer que algunas futuras madres entren en trabajo de parto prematuro.
Los médicos la trataron con
medicamentos para detener el proceso del trabajo de parto, lo cual ayudó
durante 10 semanas, pero Stefan estaba en su propia línea de tiempo y listo
para entrar en el mundo. Eso ocurrió a las 29 semanas de gestación por lo que pasó
casi dos meses en la UCIN.
Los médicos y las enfermeras dijeron
que al principio tuvo algo de intolerancia a la alimentación, pero después de solucionar
esas cuestiones poco a poco creció y ganó fuerza.
"Estamos muy emocionados y no podemos esperar a que vuelva a casa", dijo Vera mientras aguardaba la hora de irse a casa. "Esto es como su primera graduación y estamos dispuestos a dejar que pase la ceremonia y llevarlo a casa. Su hermana pequeña, Duska, ha estado cantando con él cuando lo ha visitado en la UCIN y no puede esperar a verlo, también."
Vera y su esposo, Ratko, han
dedicado mucho tiempo de cada día para ver a Stefan, a pesar de tener que hacer
malabarismos con los horarios del trabajo y con el cuidado de otro hijo, una
niña de 3 años de edad, en su casa.
"Ha sido muy difícil para mi
marido ya que ha estado trabajando horas extras en las últimas semanas pero,
incluso después de trabajar turnos de 12 horas, siempre encontramos el tiempo
para venir a ver a Stefan", dijo Vera.
La familia Mijatovic es oriunda
de Bosnia y ha estado viviendo en Wyoming, Michigan, durante los últimos 17
años. Ambos
llegaron a los Estados Unidos en la década de 1990, cuando estalló la guerra
civil en su tierra de origen. Por
suerte Ratko tenía familia aquí en Michigan que los ayudaron en la reubicación.
Están agradecidos de que cuando
el pequeño Stefan nació lo hizo en un hospital de niños cercano a su hogar
actual.
"Somos muy afortunados de
tener el Hospital de Niños Helen DeVos aquí en nuestra comunidad", dijo
Ratko. "Vemos
algunas familias que viajan hacia aquí cada día para ver a sus pequeños desde
muy lejos y sabemos que somos afortunados de vivir tan cerca. Los
médicos y enfermeras en el hospital han proporcionado un maravilloso cuidado a
nuestra familia y no podemos agradecerles lo suficiente por su duro trabajo".
Tanto mamá como papá dijeron que
son muy afortunados de tener familia y vecinos que han sido tan útiles,
también. Los
vecinos se ofrecieron a hacer lo que fuera necesario, incluyendo ir hacia el
hospital, mientras Ratko trabajaba durante largas horas, o incluso cortar el
césped de la casa de la familia.
"Es muy agradable vivir en
una comunidad que se preocupa por los demás y tener vecinos tan dispuestos a
ayudar", dijo Vera.
Para este día de la madre, la
familia Mijatovic dice que planea celebrarlo con un estilo de bajo perfil y
disfrutar de estar todos finalmente bajo un mismo techo.
Definitivamente este fue un día
de la madre que esta familia recordará con mucha alegría.
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