Durante los últimos años ha crecido el egreso público, pero sigue la brecha.
El gasto en salud aumentó durante
los últimos años y, a pesar de que el Gobierno y el IESS cubren el 29% y el 23%
del total, respectivamente, los ecuatorianos siguen asumiendo “los principales desembolsos”,
es decir, el 45%.
La cifra se publicó en el informe
‘Privatización de la Salud en Ecuador’ de 2015, en base a información de la Organización
Mundial de la Salud.
Conforme crecieron los
desembolsos en el área de salud, en el período 1995-2013, analizado por el
autor Pablo Iturralde, también aumentó el gasto que tienen que hacer las
familias, aunque el crecimiento se ha desacelerado en los últimos años.
En 1995, los egresos totales
fueron de 734 millones, de los cuales 270 correspondieron al denominado ‘gasto
de bolsillo’. Unos años más tarde, en 2002, los gastos ascendieron a 1.304
millones, de los que 800 fueron cancelados por los ciudadanos.
Ya en 2009, el pago del país en
salud fue de 3.431 millones, de los cuales 921 fueron asumidos por las
‘carteras’ individuales. Finalmente, en 2013, el monto total fue de 6.760
millones de dólares y casi la mitad la pagaron los ecuatorianos, 3.051
millones.
Ese monto hace que el país ocupe
el tercer lugar en la región por el pago que hacen las familias. Según los
datos de 2013, en Venezuela el porcentaje que cubrían los ciudadanos era del
66% y en Paraguay del 57%.
Relativa mejora
A pesar de que los ecuatorianos
asumen todavía un porcentaje alto de los gastos en salud, ya no cubren esos
rubros tanto como antes porque también incrementó el egreso público.
Desde 2007 hasta 2013, el gasto
creció 92%. De ese porcentaje, el IESS contribuyó en el 37%, el Ministerio de
Salud en el 34% y los hogares, el 29%.
“Aunque las familias fueron las
que más gastaron, la tendencia en el último periodo de Gobierno indica que sus
egresos crecen menos rápido que los realizados por el Ministerio de Salud y
Seguridad Social”, explica Iturralde en el documento.
En ese periodo “hubo un
incremento importante del sector público, principalmente del Seguro Social”,
que si bien permitió la disminución del gasto de bolsillo, significa que los
aportantes también contribuyeron, añadió en entrevista.
Testimonios
El chef Hugo Lozano, quien dirige
una empresa de ‘cattering’, gasta unos 600 o 700 dólares cada cuatro meses. Su
esposa está con comienzos de cáncer. Se atiende en el Seguro Social pero no
siempre recibe todas las medicinas y le “toca comprar fuera”.
Los dos trabajan, por lo que con
sus sueldos se arreglan para cubrir el rubro de salud que para ellos es
“prioridad”. Pero aún así, dice que se complica.
Luis Guamán (68) compra al mes
entre 50 y 60 dólares en medicinas, entre ellas para controlar la presión. Es
jubilado y se atendía en el IESS, pero dice que “está mala la atención, por lo
que toca recurrir a médicos particulares”.
Hace un mes pagó ocho dólares por
una consulta. “Lógicamente me afecta a mi presupuesto. Eso tendría que darme el
Seguro, pero como no hay consultas”, acude a la medicina privada”.
En cambio, Marta Guanoluisa (51)
está desempleada y se atiende en una unidad médica pública en Jardín del Valle,
en el suroriente de Quito. Tiene gastritis crónica y recibe dos medicamentos
para “apaciguar el dolor”. Pero a veces tiene que comprar la medicina fuera
porque le dan para un mes, pero las citas médicas para cada tres meses. “Sí es
caro, me cuesta la caja de 20 pastillas 12 dólares y tomo una diaria”,
mencionó.
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