Opinión del Dr. Iván Cevallos Miranda
"Entonces tienen que retirarse de aquí"
Frase para la historia. Pero para la de la ignominia. Dicha, con un dejo policial, por una funcionaria de ¿Docencia? del HCAM, cuando echaba a la calle a los jóvenes que querían iniciar su primer día de internado rotativo.
¡Qué papel tan triste! Oficiar de recadera de la disposición
emitida por un capataz que no tiene la probidad para dar la cara y hacer
lo que un médico “médico” habría hecho: recibir a sus futuros colegas
en un sitio adecuado, no en pasillo; explicar con
claridad la situación; repudiar la grosera y torpe reglamentación
implementada por los teóricos del MSP; ofrecer su contingente para
buscar una solución que parta del respeto que nuestra profesión -como
todas- merece.
Pero claro, eso habría hecho un médico forjado en la entrega
diaria, un profesional que no claudica en sus principios, uno cuya
conciencia radique en el cerebro y no en el bolsillo. Uno que no se
preste a humillar a sus colegas ni sólo oiga a medias lo
que ocurre en el entorno. Por desgracia, ese perfil no existe en la
conducción de mi hospital. Lo que hay es una pavorosa mueca prepotente
que no tiene arrestos suficientes y que por eso recurre a una
intermediaria cuya postura, “copy paste” del solípedo a
cargo, demuestra cómo se va perdiendo la representatividad a cambio de
unos centavos extras y transitorios.
Un día volverán al terreno llano y ahí será la ocasión de
recordarles su pernicioso proceder y un dudoso portento: haber
convertido al otrora símbolo del ejercicio y la formación médica, en un
lúgubre penal que cercena la libertad de pensar. Debe ser por
sus raíces ideológicas, provenientes de “la banda de los cuatro”.
(En apoyo a mis jóvenes colegas, gracias por compartir).
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