Noah Wall nació con menos del 2%
de su cerebro hace casi cinco años en Abbeytown, Cumbria, en el Reino Unido.
Los médicos creyeron que no sobreviviría pero este pequeño británico está
rompiendo todas las previsiones.
Noah desarrolló una rara
complicación neurológica con espina bífida mientras estaba en el útero de su madre, Shelly, que produjo
una grave hidrocefalia que llenó su cabeza de líquido cefalorraquídeo, impidiendo
que su cerebro pudiese desarrollarse, quedando reducido a una delgada capa de
tejido alrededor del cráneo.
Su madre, su padre (Rob) y toda la familia incluso tenían planes para
su funeral. Sin embargo, en el año 2012 nació vivo y luego fue sometido a
cirugía para cerrar la herida abierta en su espalda (la espina bífida).
Posteriormente se drenó el exceso de líquido en su cerebro.
A lo largo de estos cuatro años, el
cerebro del pequeño ha ido ocupando el espacio que ha dejado el líquido
retirado. A los tres años de edad su cerebro se había expandido hasta alcanzar
el 80% de un cerebro normal. Sin embargo la espina bífida ha derivado en una
parálisis del pecho hacia abajo.
Sus padres y su hermana, Steph,
de 23 años, se turnan para estimular constantemente el cerebro del pequeño.
Gracias a ellos Noah está aprendiendo a leer y escribir. "Estamos
decididos a que Noah sea capaz de caminar", dice el padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario