“Cuando se trata de iniciar la lactancia materna, es
fundamental hacerlo a tiempo. En muchos países, esto puede llegar a ser una cuestión
de vida o muerte”, asegura Henrietta H. Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF. “No
obstante, cada año, millones de recién nacidos se pierden los beneficios de la
lactancia materna temprana”.
Cuanto más tiempo pase el bebé sin que mame, más aumenta el
riesgo. El informe, que ha analizado a 130.000 recién nacidos, mostró que
aquellos que tomaron el pecho entre dos y 23 horas después del nacimiento
tenían un 33 por ciento más de posibilidades de morir, comparado con los que
comenzaron la lactancia en la primera hora de vida. Para los que comenzaron un
día o más después del nacimiento, el peligro aumentó más del doble.
Casi todos los bebés pueden mamar desde el primer momento. Tienen reflejo
de succión y pueden tragar. Además, el contacto piel con piel les ayuda a
regular su temperatura corporal y permite que su cuerpo adquiera bacterias
beneficiosas de la piel de la madre que le protegen de infecciones y les ayuda
a fortalecer el sistema inmunológico. La succión favorece la liberación de
prolactina en la madre, una hormona que estimula la producción de leche. En los
primeros días, el cuerpo de la mujer produce calostro, que es rico en
nutrientes y anticuerpos y actúa como “la primera vacuna” del bebé.
Según el informe, las tasas más altas de lactancia materna
en la primera hora después del parto se registran en África Oriental y
Meridional (65%), mientras que las más bajas se encuentran en Asia Oriental y
el Pacífico (32%). En Latinoamérica la tasa alcanza el 52%. Sin embargo, el
informe no cuenta con datos ni de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), ni de
Europa occidental.
Si los beneficios están tan claros, ¿por qué millones de
niños no los reciben? “Las madres simplemente no tienen ayuda suficiente para
amamantar en esos minutos cruciales posteriores al nacimiento, ni siquiera por
parte del personal médico de los centros de salud”, dice la directora de
UNICEF.
Aunque pueda parecer algo intuitivo, las mujeres necesitan
aprender a colocar y amamantar al bebé.
“Debemos ampliar urgentemente las ayudas para las madres, ya
sea por parte de miembros de la familia, trabajadores de la salud, empleados o
gobiernos, de forma que puedan proporcionar a los niños el comienzo que
merecen”, afirma el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Según el informe, que analiza datos de 76 países, muchos
recién nacidos esperan demasiado por distintas razones:
- El aumento de cesáreas por elección: las tasas de inicio temprano de lactancia son más del doble en los nacidos por parto vaginal, que entre los que nacieron por cesárea. En este caso, la lactancia temprana tiene un beneficio añadido. Los niños que nacen por vía vaginal se impregnan de bacterias beneficiosas en el canal de parto. Los que nacen por cesárea adquieren esas bacterias solo en contacto con la piel de sus madres.
- Dar otros alimentos y bebidas a los recién nacidos, incluida la leche de fórmula: algunas prácticas habituales como descartar el calostro, alimentar al bebé con miel o que un profesional de la salud le dé agua azucarada o leche de fórmula, retrasan el primer y fundamental contacto del recién nacido con su madre.
- Brechas en la calidad de la atención: se dan muchos casos en los que se separa a los bebés de sus madres inmediatamente después del parto y en los que la orientación que ofrecen los trabajadores de la salud es limitada. En Serbia, por ejemplo, las tasas de lactancia temprana aumentaron un 43% de 2010 a 2014 gracias al esfuerzo por mejorar la atención que se brinda a las madres en el parto. Por otro lado, en la República Dominicana, las cesáreas pasaron de un 31 por ciento de los partos en 2002 al 58 por ciento en 2014 y, en consecuencia, la lactancia temprana cayó del 62 por ciento al 38 por ciento en el mismo periodo.
Para garantizar la salud de las mujeres y los bebes en torno
al parto, UNICEF y el Ministerio de Salud dominicano han acordado implementar
la iniciativa Hospital Amigo del Bebé. Sin embargo, hacer un seguimiento de las
medidas es complicado, sobre todo en los hospitales privados, donde tienen
lugar el 40 por ciento de los nacimientos y el 86 por ciento de las cesáreas.
¿Qué se puede hacer?
Según la OMS y UNICEF, las políticas nacionales y de los
hospitales para apoyar la lactancia en el momento del nacimiento “son
inadecuadas” y la capacitación del personal sanitario que atiende los partos “a
menudo es insuficiente”.
El informe insta a los gobiernos, donantes y otros
responsables de la toma de decisiones a adoptar medidas jurídicas firmes para
restringir la comercialización de leche de fórmula y otros sucedáneos de la
leche materna y ofrecen una serie de recomendaciones.
- Aumentar los fondos para programas de promoción y apoyo a la lactancia.
- Implementar el Código Internacional de Marketing para los sustitutos de la leche materna
- Incluir en las normativas nacionales sobre cuidado materno infantil el contacto piel con piel y la iniciación temprana a la lactancia. Esas guías deben desalentar que se dé cualquier tipo de líquido a los bebés en los primeros días de vida si no es por razones médicas.
- Más orientación para las madres. Los profesionales de la salud deben preparar y aconsejar a las madres, especialmente a las que tengan que someterse a una cesárea.
- Crear bases de datos sobre la lactancia temprana.
Marie Michelle Francois sostiene y amamanta a su bebé en la sala de maternidad del Hospital Universitario Estatal de Puerto Príncipe, Haití.
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