En las primeras horas del 29
de octubre de 2008, Mia Beritt Steele nació pesando un poco más de 1 libra y 16 semanas antes
de tiempo. Estando más allá de crítica, el hospital donde vino al mundo no era
capaz de manejarla y fue transferida por vía aérea al Hospital de Niños Scott
& White en Temple, Texas.
Nacida a las 24 semanas de
gestación, Mia desarrolló múltiples complicaciones derivadas de su prematurez y
de los medios utilizados para su sobrevida: enfermedad de membrana hialina,
enfisema pulmonar intersticial, enfermedad pulmonar crónica, reapertura del
ductus arterioso y enterocolitis necrosante.
Luego de más de 4 meses de hospitalización, Mia,
fue dada de alta a su hogar.
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