La tecnología de vanguardia para el tratamiento
de recién nacidos con patologías como asfixia, malformaciones congénitas o
retinopatía sitúa a la Unidad de Neonatología del Hospital Clínico Regional Dr.
Guillermo Grant Benavente (HGGB) de la ciudad de Concepción como centro de referencia para la atención de
este tipo de pacientes desde la región del Maule hasta Los Lagos en Chile.
“Somos la única Neonatología de Santiago al sur,
que cuenta con terapia de óxido nítrico inhalado y ventilación de alta frecuencia
para neonatos de término que presenten falla respiratoria aguda, llamada
Hipertensión Pulmonar Persistente. Gracias a esta tecnología realizamos un muy
buen manejo en los pacientes, logrando estabilizarlos y aumentando las
posibilidades de vida de los niños”, manifestó Juan Fasce, jefe (s) de la
unidad.
Esta Unidad destaca en la atención de prematuros (que
pueden pesar entre 600 y 1000 gramos). “Estos pacientes son quienes más
recursos demandan, ya que abandonan la Unidad cuando alcanza los 2000 gramos de
peso, lo que tarda aproximadamente dos meses”, enfatizó el Dr. Fasce.
Mensualmente ingresan –en promedio– a la Unidad
de Neonatología del principal centro asistencial del Biobío, 40 niños, lo que
sumado al tiempo que permanece cada uno hospitalizado hace necesaria una buena
coordinación con otros establecimientos de la red. “Habitualmente nos solicitan
cupo para trasladar pacientes desde distintos hospitales y hay momentos en que
no lo tenemos, es ahí donde comienzan las gestiones en la red para reubicar a
pacientes que tenemos estables y dar prioridad a los más graves”, señaló el
facultativo.
Durante el año 2012 ingresaron a esta Unidad
1160 recién nacidos; para el 2013 se esperaba que la cifra se mantenga o
disminuya, considerando que el número de partos es cada vez más reducido.
Gran equipo humano
Si hay algo en lo que coinciden los funcionarios
de la Unidad de Neonatología es en la mística especial y calidad humana que se
siente en el equipo de trabajo. Nubia Zambrano, técnica paramédica, trabaja
desde que se fundó la unidad, hace 30 años. Con su experiencia, destaca la
importancia de querer el trabajo que uno realiza: “Para trabajar acá a uno le
tiene que gustar los niños, eso es primordial y lo otro importante es hacer un
trabajo a conciencia y con amor, porque las guagüitas no hablan, no se quejan,
entonces nuestro trabajo es muy importante”, señaló. Otro elemento que destaca,
es la relación que se desarrolla con los padres: “Son ellos los que más sufren,
especialmente las mamitas que están más sensibles después del parto, sobre todo
cuando su hijo tiene alguna malformación o está muy complicado de salud.
En esos casos, uno trata de ponerse en el lugar de ellos, ayudarlos,
escucharlos y dar las facilidades para que puedan acompañar al bebé cuando se
pueda”.
Testimonio de esta “mística especial” son las
fotografías, cartas, peluches y artículos de diversa índole, que padres y
madres han dejado en los muros de la Unidad de Neonatología, como muestra de
agradecimiento por el apoyo recibido en la recuperación de la salud de sus hijo(a)s.
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