lunes, 26 de diciembre de 2011

Diario EL COMERCIO, Redacción Guayaquil, 26 de diciembre del 2011




Nació el 19 de diciembre y aún no tiene nombre. En la ficha médica que guinda de la termocuna que le da calor, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la maternidad del Guasmo de Guayaquil, solo se leen sus apellidos: Gómez Arreaga.
La primogénita de esta pareja nació a las 32 semanas, pesó 1.200 gramos y midió 45 centímetros. “Debe ganar peso y alimentarse sola”, dice la pediatra Karla Gilces, mientras la revisa.
Según la Organización Mundial de la Salud, el parto prematuro es el que se produce con menos de 37 semanas. El ciclo normal es de 40. El peso ideal del recién nacido es 3 000 gramos y una medida de 50 centímetros.
Un estudio de la OMS, en el 2010, reveló que los partos pretérmino representan el 10% del total registrado en el mundo. Es decir, 12,9 millones de niños nacieron antes de tiempo.
En Ecuador, los trastornos relacionados con la duración corta de la gestación y el bajo peso al nacer ocupan el primer lugar de las causas de mortalidad infantil (Instituto de Estadística y Censos). En el 2010, de las 3 204 defunciones de menores de 1 año, 535 fueron por esta causa.
La ginecóloga Rebeca Yonceé, de la maternidad del Guasmo, dice que la prematurez se puede evitar con la prevención. El control prenatal es un buen inicio.
Lo ideal, según la OMS, son 13 controles durante la gestación. En el país, el Ministerio de Salud fijó, como mínimo, cinco controles. Pero las estadísticas muestran que las embarazadas apenas cumplen con tres chequeos.
Xiomara Macías, de 27 años, cursa su segundo embarazo. Tiene cuatro meses. Cada mes acude a sus citas médicas. “Mi primer hijo fue prematuro y murió. Ahora me preocupo más”.
Yonceé explica que con el control prenatal se identifican los factores de riesgo. Esto es básico para establecer un tratamiento. Las infecciones urinarias y vaginales son el factor de riesgo más común. Se calcula que uno de cada tres partos prematuros se debe a este tipo de infecciones, que pueden ser evitadas con un simple tratamiento en los primeros meses y un buen aseo.
La anemia severa es otro factor. La obstetra Cecilia Freire recomienda ingerir vitamina C (para fortalecer los músculos del útero), hierro, ácido fólico y calcio (previene la preecamplsia). Esto a más de una alimentación balanceada, con carnes, frutas, verduras y lácteos bajos en grasas.
El estrés también se asocia a la prematuridad. Estudios demuestran que los cuadros de estrés activan la segregación de hormonas que causan contracciones y relajan el cuello del útero, similar a la labor de parto.
La ecografía es una buena herramienta para detectar problemas, como placenta previa y desprendimientos de la membrana del útero. La tecnóloga Blanca Rovello dice que el primer eco puede ser en la semana 11. El segundo de la 18 a la 22.
El pasado jueves, Jocelyn Zambrano, de 19 años, supo que tendría una niña. En la pantalla de uno de los ecógrafos de la maternidad del Guasmo vio su rostro por primera vez, en 3D.
En el país, el año pasado se registraron 219 162 nacimientos. Cerca del 7% correspondió a partos prematuros. Pero la cifra sube en ciertos centros.
La maternidad Enrique C. Sotomayor, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, es el centro de referencia nacional. En lo que va del 2011 reportó 22 282 partos. El 15,88% representa nacimientos pretérmino (3 538 niños). “Aquí contamos con 172 termocunas. El 80% es ocupado por niños prematuros”, comenta Luis Hidalgo, director.
Hidalgo coincide en la necesidad del control prenatal, pero enfatiza la importancia de la planificación del embarazo.
Así, tanto el padre como la madre pasan por exámenes para detectar diabetes, hipotiroidismo, anemia y enfermedades de trasmisión sexual. El chequeo además recopila información sobre hábitos perjudiciales para el bebé (tabaquismo y alcohol).
El cuidado de un prematuro es riguroso. Sus pulmones deben terminar de madurar, al igual que otros órganos. Y su sistema inmunológico se debe estabilizar. Por ello, en una semana se pueden gastar miles de dólares.
El diminuto cuerpo de la hija de los esposos Gómez Arreaga está ligado a varias sondas. Monitores y portasueros rodean su termocuna. Ella deberá permanecer otras tres semanas más en la UCI.