martes, 18 de septiembre de 2012

La Neo del Hospital Arco Iris, en la Paz, Bolivia



Un día normal en la UCIN en el Hospital Arco Iris de La Paz en Bolivia (que trabaja desde el 23 de octubre del 2001) es un contraste con la experiencia promedio de las UCINs estadounidenses. Esta unidad de 16 camas es, sin dudas, una de las estrellas del Hospital y un centro muy respetado para el cuidado de recién nacidos enfermos en toda La Paz. Se administra excepcionalmente bien bajo la dirección del Dr. Bedrigal, jefe del personal pediátrico. Lo que distingue a esta unidad es que cada cambio de turno determinado es dirigido por un equipo de una enfermera y una enfermera auxiliar. Estas dos cuidan de toda la carga de los pacientes, incluyendo a tres recién nacidos en ventilación mecánica. No cuentan con un terapeuta respiratorio en el personal, así que cuando los médicos no están presentes, cualquier intubación es realizada por la propia enfermera de turno.

Ana María, la enfermera encargada de la UCIN, hace un trabajo excepcional manejando este desafío. Ella trabaja con esta inmensa carga de trabajo con tranquilidad, confianza y competencia incuestionable. Su cuidado compasivo y completo para cada recién nacido le ha ganado la admiración y el respeto de los médicos y el personal del Hospital. Cada recién nacido trae un conjunto de desafíos individuales. Recientemente, un bebé nació con un soplo de corazón audible. La condición estuvo sin ser detectada en el útero debido a la falta de atención prenatal. El desafío, después de su nacimiento, fue encontrar un cardiólogo ya que en todo el país de Bolivia sólo existen tres cardiólogos pediátricos; por ese tiempo, uno sufría de un problema de salud, otro estaba en África y el tercero no pudo ser localizado por el personal.

De ese modo transcurre la atención neonatal en ese Hospital, lidiando con las limitaciones mientras se lucha por brindar una atención excelente.