martes, 23 de diciembre de 2014

El Hospital Liborio Panchana Sotomayor de Santa Elena: Segundo Hospital Público con Acreditación Internacional


El segundo hospital público en Ecuador e Hispanoamérica en recibir acreditación internacional fue el Hospital Liborio Panchana Sotomayor, de Santa Elena, este 19 de diciembre, por parte de la prestigiosa organización Accreditation Canada International (ACI).

Con esta acreditación internacional se comprueba que la casa de salud cumple con  estándares mundiales de calidad, calidez y seguridad de la atención hospitalaria.

En al acto de entrega de la acreditación, la ministra de Salud Pública, Carina Vance, manifestó que los logros alcanzados en el hospital de Santa Elena representan el nuevo enfoque que tiene la gestión del MSP, a fin de brindar “servicios públicos de calidad y excelencia para la gran mayoría de pueblo ecuatoriano”.

Asimismo, la Ministra resaltó el compromiso del talento humano como uno de los pilares fundamentales de las gestiones realizadas en este centro hospitalario. “El corazón del Sistema Nacional de Salud son los profesionales y trabajadores que como hoy son responsables de este reconocimiento internacional”, expresó.

Por su parte, Sebastien Audette, presidente de la ONG Accreditation Canada International, felicitó al personal de salud del hospital y resaltó su compromiso en el desarrollo de los proceso de mejora continua y seguridad del paciente. “Los evaluadores que unas semanas atrás visitaron el hospital admiraron los logros alcanzados en tan poco tiempo”, comentó Audette.

Por su parte, Fadul Jurado, gerente del Hospital Liborio Panchana Sotomayor, se refirió a las labores ejecutadas desde 2013 y agradeció el respaldo de las autoridades nacionales y zonales, así como el apoyo recibido por el personal a su cargo. “Este logro es gracias al trabajo de todas y de todos los que conformamos el Ministerio de Salud Pública, en beneficio de la comunidad”, afirmó Jurado.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) de Ecuador desarrolla, desde el año 2013, un proceso de acreditación internacional de 44 hospitales públicos, a cargo de ACI, organización que está presente en países como Bélgica, Brasil, China, Italia, México, entre otros.

El programa desarrollado en Ecuador se llama Qmentum International y entrega la acreditación en tres niveles: Oro, Platino y Diamante. El primer Hospitalpúblico en Ecuador e Hispanoamérica en recibir una acreditación internacional fue el Hospital Dr. Francisco de Icaza Bustamante, de Guayaquil, el pasado 20 de noviembre de 2014.

Con esta certificación, el país se posiciona a la vanguardia en la región en los esfuerzos por alcanzar la calidad de los servicios de salud.


 

Louis K. Diamond (1902-1999) y la Exsanguineotransfusión


Louis K. Diamond fue un pediatra estadounidense, conocido como el "Padre de la Hematología Pediátrica".

Diamond nació el 11 de mayo de 1902 en Kishinev, Besarabia, cuando la ciudad era parte del Imperio Ruso. Su familia emigró a Estados Unidos en 1904. Comenzó sus estudios de Medicina en la Universidad de Harvard en 1919 y, al graduarse en 1923, entró en su Escuela de Medicina, recibiendo su doctorado en 1927. Poco después de terminar la Escuela de Medicina, estudió brevemente con Florence Sabin en el Instituto Rockefeller antes de regresar a Nueva Inglaterra, donde pasó varios años estudiando Pediatría en el Hospital Infantil de Boston, bajo la dirección del Dr. Kenneth Blackfan.

Ahí Diamond creó uno de los primeros centros de investigación hematológica pediátrica de los Estados Unidos. Enfocándose en las anemias, en 1930, ya había tenido éxito en la identificación de la talasemia, una anemia hereditaria que afecta a los niños de ascendencia italiana y griega. En 1932, junto con Blackfan, identificó la eritroblastosis fetal, más tarde llamada enfermedad hemolítica del recién nacido, que en esa época era un trastorno importante en los neonatos y, en octubre de 1946, junto con Fred Allen, utilizó un tubo de plástico (que los neurocirujanos usaban en el tratamiento de la hidrocefalia) para tratar a un bebé con eritroblastosis. La transfusión se llevó a cabo durante varios días.

Durante su carrera, hizo muchas contribuciones en el campo, incluyendo los descubrimientos de la anemia de Diamond-Blackfan, el síndrome de Gardner-Diamond y el síndrome de Schwachman-Diamond. También dirigió el Programa Nacional de Sangre de la Cruz Roja de los Estados Unidos desde 1948 hasta 1950 ayudando a establecer más de 35 bancos de sangre regionales implementando procedimientos y estándares y coordinando los esfuerzos de esos bancos. El trabajo de Diamond cambió un esfuerzo de guerra en uno para tiempos de paz y, mediante un vigoroso programa, pudo entrenar personalmente a muchos futuros hematólogos -unos 75-, muchos de los que, posteriormente, se convertirían en eminencias en el campo.

Diamond trabajó en Boston por 41 años, llegando a ser Médico en Jefe Asociado en el Hospital Infantil del Centro Médico. Fue miembro de la Cátedra de Pediatría de la Facultad de Medicina de Harvard de 1933 a 1968. En ese año, a los 65 años de edad, se retiró de Harvard mudándose al oeste para convertirse en profesor de Pediatría de la Universidad de California en San Francisco. Ahí estableció un laboratorio de hematología pediátrica, disfrutando de una carrera de casi 20 años, para retirarse a los 85 años de edad y trasladarse a la UCLA, donde trabajó hasta bien entrados los 90 años.

Recibió varios premios durante su vida, entre ellos el Premio Mead Johnson de la Academia Americana de Pediatría de 1946, la Medalla Theodore Roosevelt al Servicio Público en la Ciencia de 1964, el Premio  de Investigación Científica en Retraso Mental Joseph P. Kennedy Jr. de 1966 y el Premio  Howland de la Academia Americana de Pediatría de 1973. También fue galardonado con otros reconocimientos por su trabajo en bancos de sangre y en las transfusiones seguras.

En 1929 se casó con Flora Silvestres Kaplan con la que tuvo dos hijos. Uno de ellos, Jared, es un premiado y muy popular escritor de ciencia y profesor de Geografía de la UCLA.

Louis K. Diamond murió en su casa en Los Ángeles el 14 de junio de 1999, a los 97 años de edad.


Las Clínicas Pediátricas de Norteamérica de Febrero del 2015


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Europa y el parto programado en casa

El Reino Unido acaba de recomendar el parto en casa como el más seguro mientras otros países europeos lo prohíben o desaconsejan.

Una embarazada de bajo riesgo y no primeriza quiere parir en su casa acompañada por una comadrona. Si es británica, según la nueva guía de Sanidad, publicada el 3 de diciembre y basada en un estudio de la Universidad de Oxford, su médico se lo recomendará. La decisión es suya, le dirán, pero sepa que, según las estadísticas, parir en casa es más seguro para usted e igual de seguro para su bebé que hacerlo en el hospital. La seguridad social británica correrá con los gastos.

Sin embargo, si la embarazada es checa, sus médicos le explicarán que aquello no puede ser. La ley prohíbe a los profesionales sanitarios planificar y atender un parto domiciliario. El pasado día 11, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ante la denuncia de dos madres que querían dar a luz en casa, corroboró que la República Checa no violaba su derecho a decidir dónde parir si consideraba que la infraestructura sanitaria del país no cumplía las condiciones para hacerlo con seguridad. A pesar de esta decisión, la Corte apuntó que, bajo ciertas circunstancias, el parto en casa no es más arriesgado que en el hospital y criticó el “dudoso” respeto por las decisiones de las madres en la mayoría de los hospitales checos, recomendando que trabajen para “evitar intervenciones médicas innecesarias”.

Si la embarazada del supuesto es española, es probable que su médico le desaconseje parir en casa, pero podrá hacerlo pagando unos 2.000 euros (incluido el seguimiento del embarazo) a un profesional independiente. El año pasado así lo hicieron unas 800 españolas (el 0,2% de las gestantes, según una estimación con datos del INE de Educer para su observatorio del parto en casa).

Es decir, en Europa, dependiendo de dónde viva la embarazada podrá o no elegir dónde puede parir. Las regulaciones y recomendaciones son dispares. Hay países que lo fomentan y lo financian, otros lo ofrecen (aunque no necesariamente lo aconsejen), otros lo toleran y unos pocos ponen trabas explícitas.

España lo tolera. El Ministerio de Sanidad “circunscribe sus recomendaciones a la atención en el Sistema Nacional de Salud”, según explican por correo electrónico. “Es decir, no se contempla nada de la atención domiciliaria al parto, ni de apoyo (sabemos que está teniendo auge en mujeres sanas, bien informadas y con poder adquisitivo medio-alto), ni de prohibición (las comadronas que ejercen esta práctica son muy expertas y los resultados son excelentes)”.

¿Y qué dicen los estudios científicos? La sentencia del Tribunal de Derechos Humanos cita 10 informes, presentados por ambas partes, y concluye que “la mayoría de los estudios internacionales no sugieren un mayor riesgo de los partos en casa, pero sólo si se cumplen ciertas condiciones”. Son tres: que el embarazo sea de bajo riesgo, que sea atendido por una matrona profesional y que se asegure un rápido traslado a un hospital (según Oxford, acabaron yendo al hospital el 12% de las multíparas que empezaron en casa, y el 45% de las primerizas). Los estudios citados por el tribunal coinciden en que parir directamente en el hospital conlleva un aumento significativo de intervenciones en embarazadas de bajo riesgo (cesáreas, fórceps, laceraciones, inducciones...).

En España la mayoría de los médicos desaconsejan el parto domiciliario. “Yo no le voy a decir a una señora que se opere de apendicitis en la mesa del comedor. ¿Qué se puede hacer? Seguro. Pero yo no lo recomendaría”, dice el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, José María Lailla. A la supuesta embarazada de bajo riesgo que desea parir en casa “intentaría convencerla, explicarle que los hospitales han acondicionado quirófanos para parir como si estuviera en casa... Las complicaciones surgen en cualquier momento. El tiempo perdido en el traslado puede ser vital. En el siglo XXI en el primer mundo no es de recibo arriesgarse”.

El médico defiende que los países que ofrecen el parto en casa como parte de su sistema público están preparados para hacerlo y han tenido en cuenta “factores legales y económicos” (en el Reino Unido, un parto en casa le cuesta al sistema 1.300 euros, frente a los 2.000 del hospitalario). “La clave es regularlo”, continúa, “haría falta establecer protocolos, requisitos, cadenas de responsabilidad...”.

Aun coincidiendo en que regular sería mejor, la Federación de Asociaciones de Matronas opina que también hoy en España “la mujer ha de poder elegir”. “Las enfermeras obstetras buscamos las máximas garantías”, dice su portavoz Cristina Martínez, “ni todos los embarazos, ni siquiera todas las casas, convienen”.

El Colegio Oficial de Enfermeras de Barcelona (COIB) publicó en 2010 la Guía de atención del parto en casa para establecer cómo y en qué casos hacerlo (nunca con gemelos o un bebé de nalgas, siempre que haya un hospital cerca...). “El Colegio no está a favor ni en contra de parir en casa; si se hace bien, es tan seguro como en el hospital, la mujer decide”, dice Isabel Salgado, portavoz de las comadronas del COIB, que insiste en que los traslados al hospital se hacen ante el indicio de la más mínima complicación, normalmente, de forma tranquila en vehículos privados.

“Entonces, ¿dónde debería dar a luz una mujer?”, se pregunta la Organización Mundial de la Salud en su Guía del parto normal. “En el lugar en que ella se encuentre segura”, se responde. “Para una mujer de bajo riesgo esto puede ser en casa, en una maternidad pequeña o quizás en la maternidad de un gran hospital”. La mayoría de las mujeres se sienten más seguras en el hospital, según los datos de Euro-Peristat. Incluso en Holanda, donde el parto en casa forma parte integral del sistema sanitario, solo el 16,3% lo elige (este porcentaje ha caído en los últimos años desde el 30%). En países donde se apoya (Reino Unido, Dinamarca o Islandia) apenas superan el 2%. En el resto, independientemente de que se tolere o desincentive, no llega al 1%.

“Muchos piensan que es una decisión egoísta, pero lo haces para ofrecer al bebé el mejor nacimiento posible y evitar prisas e intervenciones”, dice Cristina Triviño de la Cal, que parió en casa, es matrona y miembro de Nacer en Casa, una asociación de 100 profesionales sanitarios de los 150 que asisten partos domiciliarios en España (la mayoría comadronas y algunos médicos). “Nos gustaría que se normalizase como una opción responsable y segura si las condiciones lo permiten y la mujer lo desea”, dice. “En casa, aunque es excepcional, puede ocurrir una fatalidad que en el hospital podría haberse evitado; en el hospital, en cambio, pueden producirse intervenciones innecesarias con resultados fatales. La mujer debe decidir con qué se siente más en paz”.

Una maternidad distinta:

“El descenso de la mortalidad perinatal del 50 al 3 por mil en los últimos 60 años no ha sido un milagro”, dice el Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, José María Lailla. “La tecnificación del parto ha salvado muchas vidas, pero llegó un momento en que se hizo excesiva”. La Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal 2010 del Ministerio de Sanidad intenta frenar esa medicalización rutinaria. Es decir, menos tactos vaginales, roturas de bolsa, inducciones e intervenciones que no sean necesarias... Y más información y respeto para las gestantes. También más autonomía para las comadronas. “La guía no se cumple en todas partes”, dice Nuria Otero de El Parto es Nuestro. “El problema es que son recomendaciones y deberían ser protocolos”, dice “Esto propicia que las mujeres busquen alternativas a los hospitales”.


FUENTE: Diario El País, España, 21 de diciembre del 2014