Por Miguel Ángel
Criado
Durante millones
de años, los distintos miembros del género Homo vivieron como cazadores y
recolectores hasta que hace unos milenios (las fechas varían según la región)
se produjo un fenómeno generalizado de sedentarización apoyada en la
agricultura y la ganadería. En esa revolución, la del Neolítico, los biberones
pudieron ejercer un papel relevante. El hallazgo de restos de leche animal en
tres pequeñas vasijas con pitorro apunta en esa dirección y muestran como pudo
acortarse la lactancia y adelantarse el destete en las primeras sociedades
urbanas.
"Sabíamos
que habían aparecido vasijas de arcilla usadas posiblemente para destetar a los
pequeños en el Neolítico, hace unos 7.000 años, en Alemania y se fueron
haciendo más comunes en Europa durante las edades de Bronce y Hierro",
cuenta la arqueóloga de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y coautora del
estudio Julie Dunne. Pero añade que no había pruebas de que fueran usadas como
biberones. "Esta es la primera y directa evidencia de que se alimentó a
los niños prehistóricos con diversos tipos de alimentos, entre ellos leche de
rumiantes", añade.
Dunne y sus
colegas analizaron la capa interior de tres de estas pequeñas vasijas halladas
en diversos puntos de Baviera, en el sur de Alemania. La más antigua ha sido
datada entre el 1200 y el 800 antes de esta era. Y las tres fueron encontradas
en tumbas de niños de muy corta edad. Mediante análisis molecular y de los distintos
isótopos encontrados, identificaron residuos de diversos lípidos, en particular
ácidos grasos como el palmítico o el esteárico, que procederían de grasas de
origen animal. "Esto nos dice que los biberones contenían leche que
vendría de animales domesticados, como vacas, ovejas o cabras", apunta la
arqueóloga, experta en química orgánica.
Antes de este
trabajo, publicado en Nature, las únicas pruebas sobre la duración de la
lactancia y el inicio del destete en la antigüedad procedían de análisis de huesos
de algunos pequeños. Pero además de no ser capaces de datarlo con exactitud,
estos trabajos tampoco informaban de qué sustituía a la leche materna.
"Por lo
general se acepta que el destete se producía a los 3-4 años en las sociedades
de cazadores y recolectores y a los 2-3 años en las sociedades basadas en la
agricultura", comenta la investigadora del Instituto de Arqueología
Oriental y Europea de la Academia de Ciencias de Austria y coautora del
estudio, Katharina Rebay-Salisbury. "Las vasijas que hemos estudiado son
muy posteriores, en torno del 1200 al 600 antes de Cristo, durante el proceso
de urbanización", acota la arqueóloga.
Esta nueva
información podría reforzar la teoría que relaciona las pequeñas vasijas con
pitorro aparecidas en yacimientos anteriores con la alimentación de los bebés.
De ser así, los biberones de cerámica habrían tenido su papel en la revolución
neolítica: al permitir un adelanto del destete, pudieron facilitar que la tasa
de fertilidad de las mujeres aumentara hasta los dos hijos y, con ello, sentar
las bases de la transición demográfica y el crecimiento explosivo de la
población que se inició entonces.
"Un destete
similar al de nuestro tiempo, con adelanto del mismo, en comparación con el de
los cazadores-recolectores, apareció con la revolución neolítica y la
agricultura, probablemente debido a la disponibilidad de cereales y legumbres
para hacer papillas (weaning foods, "alimentos de destete", en el
original)", dice la investigadora de la Universidad de Roma Tres (Italia)
y la Universidad de Bristol Francesca Fulminante, que ha investigado las
prácticas de alimentación infantil desde el Neolítico hasta la Edad Media.
Fulminante, que
no ha participado en esta investigación, ha estudiado cómo las sociedades
urbanas tienden a adelantar el destete y acortar la lactancia materna, pero,
aclara, no se trata de una evolución lineal: "Lo hemos visto en las
primeras sociedades urbanas, en las ciudades romanas y en las medievales,
mientras que, en los periodos de transición como entre la Edad del Bronce y la
del Hierro o al final de periodo romano y principios del medieval, se tendió a
alargar la lactancia y postergar el destete". Sin embargo, dice, se trata
de un estudio preliminar que necesita de más investigación.