Con su birrete, así salió Salvador de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales
(UCIN) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid el pasado 30 de noviembre. Un
motivo de celebración porque el pequeño llevaba ingresado cinco meses y 12 días
en esta Unidad. Salvador nació a las 24 semanas, en un parto gemelar; pesaba
500 gramos.
Ahora, el niño ha abandonado la UCI y pasa a la Unidad de Cuidados
Intermedios, que es aquella en las que los pacientes previsiblemente tienen un
bajo riesgo de necesitar medidas terapéuticas de soporte vital, pero que
requieren más monitorización y cuidados de enfermería de los que pueden recibir
en una planta de hospitalización convencional.
Un paso a planta muy especial que el centro ha decidido festejar preparando
una fiesta, una de graduación, en homenaje al pequeño y a sus padres. En el
video, se ve como Salvador tiene puesto un birrete azul en el que consta su
nombre y está rodeado de globos. Es el caso más grave que han tratado en los
últimos años en esta Unidad y que ha emocionado a todos.
En España, nacen cada año unos 23.000 niños prematuros, es decir, antes de
la semana 37, y representan el 75% de los ingresos hospitalarios en neonatos, según
los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neonatología (SENeo).
En Europa, son 500.000 los que lo hacen anualmente. Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la prematuridad es la principal causa de defunción
en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de
muertes. Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en el planeta.
Graduar a los prematuros, una idea original de Estados Unidos
La graduación es un evento de gran relevancia en Estados Unidos, aunque
cada vez es más común en España, porque significa el final de una etapa y el
principio de otra y se basa en el esfuerzo y la consecución de un objetivo.
Pero más allá de las celebraciones comunes que acontecen en guarderías,
colegios y universidades de distintas partes del país, en 2017 una enfermera de
la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Carolina del Norte decidió que
también era importante, y mucho, celebrar cuando los bebés nacidos antes de
tiempo abandonaban el hospital.
La idea original, según explicaban entonces varios medios, fue de Melissa
Jordan que, tras cuidar a un prematuro que pasó unos 62 días en la UCI, decidió
hacer la primera ceremonia de estas características. El mismo día que el
pequeño se iba a casa, los padres le vistieron con un birrete -que hacen las
propias enfermeras- y un cartel que decía “graduado de la UCI”. El
acontecimiento fue único e inspiró a Jordan a continuar haciéndolo con otros
bebés.
"Estar en la UCI es una montaña rusa emocional para el pequeño. Un día
están perfectamente y, al siguiente, sufren una recaída. Y tienes que estar ahí
para apoyar emocional y psicológicamente a los pequeños y a sus familiares.
Celebrar cada paso que dan hacia delante es importante. Es un hito para ellos”,
agregó la enfermera en aquel momento.