martes, 19 de abril de 2016

Ley de Parto Humanizado II

Si no ayuda, al menos no estorbe

Por Beatriz León.

Todo el planeta ve aumentar el número de cesáreas por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y las asociaciones de ginecoobstetras. Podríamos disminuir el número de cesáreas sin aumentar los riesgos ni a madres ni a hijos, para ello hay que acercarse a la ciencia y alejarse de la demagogia que se evidencia en la mala ley del parto humanizado propuesta por la presidenta de la Asamblea.

Hace 30 años la Organización Mundial de la Salud indicaba al rango óptimo de cesáreas entre 10 y 15%. En el 2009 la misma OMS reconoció la falta de información científica apropiada que auspiciara ese bajo porcentaje. Existen solo dos países en el mundo con cesáreas por debajo del 15% que tienen bajas tasas de mortalidad materno-infantil: Croacia y Kuwait. Ambos países son criticados por la poca credibilidad epidemiológica de su información. Casi todos los países con porcentajes inferiores a 15% tienen altos índices de mortalidad materno-infantil. Por ello en las asociaciones de ginecoobstetras se recomienda un porcentaje de 22%, aunque algunos llegan a 34% como tasa de cesáreas para disminuir las complicaciones. El punto crítico es decidir cuáles cesáreas son innecesarias. Y sí, los doctores son conservadores.

No se ha hecho un análisis de las normas ecuatorianas vigentes que impiden procesos de parto más naturales y cálidos. Uno de los más apremiantes es la prohibición de que familiares acompañen durante la labor de parto y alumbramiento o cesárea a la mujer, esto no es por la poca humanidad de los médicos sino por el hacinamiento y precariedad de infraestructura de los hospitales en el país. Hace no mucho el presidente de la República reprendía al Ministerio de Salud y los encargados de construir hospitales, porque no había más cuartos múltiples. La queja por supuesto va en contra de las mejores normas de construcción hospitalaria moderna, además de ser uno de los impedimentos más importantes de privacidad, calidez y unión durante el tiempo de internación hospitalaria. Justo una de las quejas de la Sra. Rivadeneira y su ley.

Se han gastado ya demasiados recursos en ese proyecto lleno de prejuicios, de pocos datos y demasiados errores conceptuales. Pero además la ley continúa el proceso de descrédito y estigmatización contra médicos sin siquiera proponer formas de mejora del sistema de salud. Desde el nombre podemos argumentar que la ley es un despropósito y lamentablemente intuir su carácter demagógico e inútil. Es pretendida como ley orgánica, aunque por su pobreza no le alcanza ni para ordinaria. El decir que es para “humanizar” el parto desecha la labor cotidiana de la gran mayoría de profesionales de la salud.

Ante la tragedia del terremoto que el país enfrenta, bien haría la Asamblea en descartar esta ley que mal usa recursos cada vez más escasos en Ecuador. Fue otra ley ampliamente cuestionada, la de comunicación, que pudo contribuir al retroceso del periodismo televisivo que durante el sábado de la mayor catástrofe nacional en décadas se dedicó a programas cómicos y dibujos animados. Las leyes, si no ayudan deberían no entorpecer la labor de periodistas y médicos, sobre todo en momentos de emergencia.

Ley de Parto Humanizado I


Especialistas, médicos y madres dan aportes al proyecto de Ley de Parto Humanizado.

En Ecuador el 37% del total de nacimientos en el sistema de salud pública son por cesárea. Justamente para evitar que esta cifra se eleve y brindar a las madres la oportunidad de elegir la forma en la que traen al mundo a sus hijos, la Asamblea analizó esta mañana, junto a miembros de la Organización Mundial de la Salud, la Red de Parteras, representantes de hospitales y estudiantes universitarios, el proyecto de Ley Orgánica de Parto Humanizado, que pretende que los médicos den toda la información para que la madre escoja el método para dar a luz y con quién quiere estar acompañada durante el proceso.

Hace dos meses Maritza Flores trajo al mundo a la pequeña Dana, la segunda de sus hijos y por segunda vez no tuvo alternativa, sus dos pequeños nacieron por cesárea. “Me hubiese gustado que sean partos naturales, porque la recuperación de un procedimiento como la cesárea es larga y dolorosa. La propuesta de parto humanizado es acertada, porque debemos tener toda la información para que el proceso de parto sea seguro tanto para la madre como para el recién nacido”, dijo Maritza.

Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional, dijo que “el proyecto de Ley de Parto Humanizado plantea que los médicos deben ofrecer información para que la mujer decida cómo quiere llevar a cabo su parto, porque la madre no es una persona enferma, porque un embarazo saludable y natural en la mayoría de los casos no requiere tratamiento quirúrgico, sino respeto, amor y atención”.

Al referirse a la violencia obstétrica, la titular del Legislativo hizo énfasis en que este tipo de violencia está generalizado y parece que fuera natural, “como si la única manera de tratar a las parturientas sea ignorando su voluntad, aislándolas, asustándolas y discriminándolas cuando son jóvenes o pobres o sin estudios”.

En este sentido, lamentó que actualmente el sistema haya privilegiado al capital por encima de la vida y haya impuesto conceptos economicistas en el tratamiento de la salud, hasta el punto de no distinguir entre una patología y el proceso mágico del inicio de la vida.

Resaltó que el parto humanizado es aquel en el que la mamá y el bebé son los protagonistas, es el que protege el vínculo entre la madre y el hijo, protege la primera lactancia y protege el derecho a la felicidad en ese momento tan único en la vida de todas las mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud las cesáreas solo deben ser practicadas cuando son “médicamente necesarias”. La tasa ideal, definida en 1985 por el organismo, fluctúa entre el 10 % y 15 % de los nacimientos. “El parto no solo puede ser atendido por el especialista, es fisiológico y debe ser tratado como un proceso que nos da la humanidad”, aseguró Octavio Miranda, Secretario Permanente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia.

María Moreno de los Ríos, Investigadora sobre violencia obstétrica en los centros de atención de salud pública, habló de una “epidemia de cesáreas”, aunque también aseguró que este método salva vidas y que los esfuerzos deben enfocarse en respetar los derechos de las mujeres y que el enfoque hacia los profesionales de la salud debe ser menos agresivo.

Coincidencias

Los criterios de los panelistas coincidieron en que el apoyo emocional durante el parto es clave y que es necesario tener equipos de salud completos y capacitados, además de infraestructura adecuada. Aseguraron también que la cesárea debe ser tomada como la última alternativa. Sin embargo, todos apuntaron a aclarar que este método también puede ser humanizado. “Se supone poner como protagonista a quien está pariendo, en un ambiente y entorno adecuados”, dijeron.

La panelista Eréndira Betancourt, obstetra, hizo un repaso por los esfuerzos de Ecuador para abordar el tema del parto humanizado. “Para que la mujer logre protagonismo en su parto es necesario desarrollar espacios participativos de preparación prenatal con concepción integral en lo corporal, emocional, cultural, derechos, energéticos y espirituales”, manifestó. Con esto coincidió Thaís Brandao, doctora en Psicología Social por la Universidad de Santiago de Compostela, quien aseguró que cuando se medicaliza el parto se calla a la mujer. “El parto humanizado no es una moda, es una urgencia, un respeto que nos merecemos”.

Buenos resultados

Suzanne Jacob, Directora del Centro Latinoamericano de Perinatología de la OMS, señaló que desde la OMS y la Organización Panamericana de la Salud consideran que el parto humanizado es la estrategia de derechos humanos, reproductivos y justicia social, con mejores resultados en salud materna. “Ecuador tiene importantes avances en la reducción de la mortalidad materno infantil, pero aún hay trabajo por hacer. Dejemos que el día del nacimiento de un hijo sea el mejor en la vida de una mujer”, aseguró.

La Comisión de Salud de la Asamblea Nacional es quien tiene la responsabilidad de llevar el proceso de análisis del proyecto de Ley de Parto Humanizado, que se espera tenga más jornadas como la realizada hoy en donde se debate el tema de forma amplia y se recogen aportes para el proyecto. "Para alimenar esta normativa para generar un proyecto más integral, es necesario conocer diversos puntos de vista", conlcuyó el presidente de la Comisión del derecho a la Salud de la Asamblea Nacional, William Garzón.