lunes, 23 de abril de 2018

Medicina Homeopática I


En España los medicamentos homeopáticos deberán demostrar su eficacia para venderse con indicación terapéutica.

El Gobierno ha dado el primer paso para regular la homeopatía en España, un «sistema curativo» -como lo define la Real Academia Española- o una pseudoterapia, vilipendiada por la gran mayoría de la comunidad científica. El Ministerio de Sanidad presenta hoy a las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud la orden ministerial con la que quiere controlar la calidad, seguridad y hasta la eficacia de los medicamentos homeopáticos.

La orden obligará por primera vez a los laboratorios homeopáticos a demostrar la eficacia de sus productos, como hacen los medicamentos convencionales. Aunque solo tendrán que someterse a ensayos clínicos y demostrar si funcionan cuando quieran registrarse con una indicación terapéutica determinada. Es decir, si demuestran que funcionan para el tratamiento de la tos o los dolores articulares podrá aparecer esta indicación en el envase. Los que solo puedan argumentar su seguridad y calidad y no un efecto beneficioso no podrán venderse para el tratamiento de un problema de salud específico. En ese caso, se registrarán bajo el epígrafe «sin indicaciones terapéuticas».

Composición detallada

Los fabricantes de productos homeopáticos también deberán indicar la composición detallada de los componentes activos, así como la declaración de los excipientes. El laboratorio deberá disponer del certificado de normas de correcta fabricación e informar de la existencia de productos de origen humano o animal, entre otros requisitos.

La orden está marcada por una directiva europea de hace diecisiete años en la que se estableció un código comunitario para los fármacos de uso humano. Esa directiva ya implantaba dos categorías para estos productos: los que podían someterse a la metodología de los ensayos clínicos, «teniendo en cuenta su naturaleza homeopática», y los que no presentaban riesgo alguno para el paciente por la débil concentración de principios activos.

Parches legales

En este tiempo España ha ido poniendo parches legales. Uno de ellos permitió reconocer en 1994 a todos los productos homeopáticos que ya estaban a la venta. Bastó con que las empresas fabricantes presentaran la documentación para su autorización y registro. Aquel año, fueron enviadas a la Agencia Española del Medicamento 19.134 solicitudes. A partir de ahora los productos que no cumplan con los requisitos no se podrán comercializar.

La ex ministra, Ana Mato, intentó aprobar la orden ministerial que ahora darán luz verde los consejeros de Salud. Pero finalmente no cuajó. La regulación de Sanidad llega en los momentos más bajos de esta pseudoterapia, aunque más de la mitad de los españoles dice que confía «mucho» o «bastante» en la homeopatía, según la encuesta de Fecyt, con la que el Gobierno periódicamente pulsa el nivel de conocimiento científico de los ciudadanos.

En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de febrero también se preguntó por primera vez por pseudoterapias como la homeopatía y el reiki. Las respuestas reflejaron las dudas y el desconocimiento de la población para saber discernir entre los tratamientos médicos y las falsas terapias. Los entrevistados dicen conocer las llamadas terapias alternativas, aunque en realidad no saben lo que son ni cómo funcionan. En esta encuesta, quienes defienden los tratamientos avalados por el método científico también se muestran a favor de la homeopatía. Muchos están confundidos porque los productos se venden en farmacias, con prospecto y hasta tienen la recomendación del médico.

En países como Francia y el Reino Unido la confusión es mayor porque la homeopatía tiene financiación pública, algo que no ocurre en España. En Estados Unidos se ha decidido poner coto con una medida fácil, que no ha tenido eco en la orden ministerial española. La FDA, la agencia norteamericana del medicamento, no la prohíbe, pero obliga a sus fabricantes a incorporar una leyenda que deja claras las reglas del juego: «No hay evidencias científicas de que funcionen». Con esta medida, las autoridades sanitarias estadounidenses dejan libertad a los convencidos de la homeopatía, pero convierten su consumo en un acto de fe.

Contra la tos, contra el cáncer, contra...

Los productos homeopáticos se basan en el principio de «curar sin dañar», según Samuel Hahnemann, su creador hace 200 años. Son preparados de una sustancia que se diluye en repetidas ocasiones en alcohol o agua destilada. Esa dilución aumenta su seguridad sin perjudicar su eficacia porque el agua supuestamente almacenaría las propiedades curativas pese a estar sometido a cientos de diluciones, dicen sus defensores. Con este principio, se trata desde la tos hasta el cáncer.

A algunas instituciones científicas no les preocupa solamente que sean tratamientos inútiles, sino que se conviertan en «un riesgo para la salud de los ciudadanos» porque los pacientes pueden alejarse por su culpa de tratamientos farmacológicos apoyados en la evidencia científica, como advertía un informe de la Real Academia Nacional de Farmacia.

En el Libro Blanco de Boiron, uno de los grandes laboratorios homeopáticos, sin embargo, se presentan 142 ensayos clínicos, 23 revisiones sistemáticas y cinco metaanálisis sobre la terapia homeopática con conclusiones favorables. Aunque estas cifras se quedan escasas si se tienen en cuenta que estos productos llevan en el mercado 200 años.