martes, 6 de octubre de 2015

El ataque de los Estados Unidos al Hospital de Médicos Sin Fronteras en Afganistán: Un insulto para quienes trabajan por la salud de los más desfavorecidos


El principal general estadounidense en Afganistán admitió el martes que un bombardeo a una clínica de Médicos sin Fronteras, en el que murieron 22 personas, fue un error.

En su testimonio, ante una audiencia de la Comisión de Servicios Armados del Senado, John Campbell dijo que la decisión de atacar la zona donde se encontraba el hospital, en Kunduz, se tomó en su país.

"La decisión de ordenar ataque fue una decisión de los Estados Unidos, realizado dentro de la cadena estadounidense de mando. Se atacó un hospital por error. Nunca atacaríamos intencionalmente una instalación médica protegida... Les aseguro que la investigación será exhaustiva, objetiva y transparente", declaró.

Campbell también afirmó que ha ordenado un entrenamiento a fondo a las fuerzas bajo su mando para evitar incidentes como ese.

En la primera parte de su testimonio el lunes, Campbell admitió que el ataque fue llevado a cabo en respuesta a un pedido de fuerzas afganas. Inicialmente el ejército dio versiones contradictorias del suceso: primero declaró que el bombardeo se efectuó por accidente y que estuvo dirigido a proteger a efectivos estadounidenses que estaban en peligro.

Médicos sin Fronteras (MSF) afirma que tanto como Kabul como Washington tenían conocimiento preciso de las coordenadas de GPS del hospital en Kunduz y que el ataque del sábado, que duró media hora, no se realizó por error. La organización no gubernamental considera que las declaraciones del gobierno afgano dan a entender que el hospital había sido deliberadamente atacado, lo que equivale a una admisión de un crimen de guerra.

Naciones Unidas también condenó el bombardeo. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lo consideró "inexcusable" y pidió una "investigación imparcial" de los hechos.


FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151006_afganistan_kunduz_medicos_sin_fronteras_ilm 

El Premio Nobel de Medicina y Fisiología del 2015: Un homenaje para quienes trabajan por la salud de los más desfavorecidos




Este año se han premiado los cruciales avances contra enfermedades provocadas por parásitos que durante milenios han asolado a la Humanidad y que hoy todavía constituyen uno de los problemas sanitarios más graves del mundo actual, sobre todo en los países más pobres. El Instituto Karolinska ha anunciado en Estocolmo el galardón, que comparten William C. Campbell y Satoshi Omura por descubrir una nueva terapia contra infecciones de lombrices redondas (nemátodos), y Youyou Tu por desarrollar un tratamiento novedoso contra la malaria.

Después de décadas de avances limitados en el desarrollo de terapias sostenibles contra enfermedades parasitarias, "los descubrimientos de los Nobel de este año revolucionaron la situación", indicaba el Instituto en la justificación del galardón, que va acompañado de una dotación económica de 855.000 euros que se repartirá a partes iguales. La mitad para Youyou Tu y la otra para Campbell y Omura.

El irlandés Campbell y el japonés Omura descubrieron un nuevo fármaco, la avermectina, que ha logrado reducir de forma radical la incidencia de la oncocercosis o ceguera de los ríos y la filariasis linfática o elefantiasis, además de mostrar una eficacia parcial contra otras enfermedades parasitarias. Por su parte, la científica china Yoyou Tu mostró las bondades de la artemisina, un medicamento que ha disminuido significativamente la mortalidad por malaria.

El fármaco 'fantástico'

La avermectina, a la que llaman el “fármaco fantástico”, se desarrolló en los años ochenta y, según los expertos, rompió todos los esquemas, primero en el mercado veterinario. Mataba parásitos de dos tipos, los que viven en la piel y los que proceden del intestino. Al poco tiempo, este medicamento demostró eficacia contra un parásito primo hermano del que causa la oncocercosis (o ceguera de los ríos) en caballos. Dados los resultados y teniendo en cuenta el grave problema que había en África y Latinoamérica con esta enfermedad en humanos, se pusieron en marcha varios ensayos clínicos. Así fue como se comprobó que en personas, la avermectina "no era capaz de acabar con el parásito de la oncocercosis (Onchocerca volvulus), pero sí lo dejaba estéril, es decir, conseguía prevenir la enfermedad durante un periodo", dijo a EL MUNDO Carlos Chaccour, médico e investigador de la Universidad de Navarra.

Desde entonces, como medida de prevención, argumenta Chaccour, "en estas zonas de riesgo, donde la oncocercosis causaba estragos y dejaba a poblaciones enteras ciegas, se toma este fármaco aproximadamente una vez al año. En el Amazonas incluso hasta cuatro". Tales eran los efectos beneficiosos que la farmacéutica que lo fabrica, Merck & Co., decidió donarlo a los países donde la oncocercosis es endémica. Gracias a ello, "se han tratado anualmente a unos 60-80 millones de personas", señala Chaccour.

En la mira de la avermectina no sólo se encuentra la ceguera de los ríos. El fármaco también actúa frente a otros parásitos como la filariasis linfática, conocida como elefantiasis. Se trata de una enfermedad tropical que puede producir alteraciones del sistema linfático e hipertrofia anormal de algunas partes del cuerpo, causando dolor, discapacidad grave y estigma social. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad hay más de 120 millones de personas infectadas; unos 40 millones están desfiguradas e incapacitadas por esta razón.

La avermectina se utiliza en otras enfermedades parasitarias. En Francia, por ejemplo, está autorizada para la sarna complicada.

El tratamiento más rápido contra la malaria

En cuanto a los derivados de la artemisina, subraya Chaccour, "son las drogas más efectivas y potentes para tratar la malaria que tenemos hoy en día". Derivan de una planta (Artemisia annua) que se usaba en China hace miles de años para las fiebres. Hace aproximadamente 30 años se vio que también tenía efecto sobre la malaria y empezó a desarrollarse el fármaco, en el que Yoyou Tu ha estado plenamente involucrada.

Hoy en día, la artemisina se utiliza como único fármaco en la malaria grave (de forma intravenosa o intramuscular). En comparación con otras opciones, "tiene un inicio de acción más rápido. Disminuye drásticamente la carga parasitaria del paciente, por lo que logra salvar vidas", argumenta Chaccour. En el resto de los casos, se administra por vía oral junto con otro medicamento, con el fin de "evitar el desarrollo de resistencias", puntualiza Clara Menéndez, asesora de la OMS en el control de la malaria en niños y embarazadas y directora de la iniciativa de salud materna, infantil y reproductiva de ISGlobal.

Al enterarse de la noticia esta mañana, la experta se mostró sorprendida. "Rara vez un premio de esta magnitud y calado universal se ha otorgado a investigaciones relacionadas con enfermedades parasitarias. Ha sido una enorme alegría. ¡Por fin!".

En la misma línea ha apuntado el investigador español Pedro Alonso -ahora director del Programa Mundial sobre Malaria en la OMS-. "Me parece una noticia excelente en un momento muy oportuno para dar visibilidad a la lucha contra la malaria, que en los últimos 15 años ha logrado avances muy importantes. Además, creo que es un reconocimiento muy merecido y justo a la persona que fue la verdadera autora de este tratamiento, porque a veces otros se apuntan el tanto, pero en este caso se ha premiado a la científica que se lo merece".

Ambos coinciden en que la entrega de este premio ha tenido lugar en un momento muy adecuado. Aunque parece que las enfermedades parasitarias se están controlando en algunas zonas, explica Menéndez, "aún hay 100 países endémicos en el mundo. Sigue habiendo brotes epidémicos y mucha gente que se muere, sobre todo en África". En cuanto a la malaria, "este tipo de noticias ayudan a mantener vivo el espíritu de eliminación de esta enfermedad, que es el que está teniendo claro efecto en los programas de control de la malaria".

Según los expertos, cuando la artemisina ingresó al tratamiento de la malaria coincidió con el aumento de resistencias y, por lo tanto, la falta de eficacia del antipalúdico tradicional. "Supuso el control de la infección y salvó muchas vidas", subraya Menéndez. Cabe recordar que al año enferman por malaria unos 200 millones de personas y mueren alrededor de medio millón, la mayoría niños y embarazadas. Más de 3.000 millones de personas están expuestas a esta enfermedad.

"Estas dos sustancias afectan la vida de 3.400 millones de personas que habitan en las áreas endémicas en las que tienen riesgo de contraer las tres enfermedades (ceguera de los ríos, malaria y elefantiasis", puntualiza Jan Andersson, uno de los miembros del jurado. En definitiva, dos descubrimientos que han proporcionado a la Humanidad nuevas y poderosas armas para combatir estas graves enfermedades que afectan a centenares de millones de personas cada año. "El impacto que han logrado para mejorar la salud humana y reducir el sufrimiento son incalculables", destaca el fallo del jurado. "Su impacto en la mejora de la salud humana y en la reducción del sufrimiento es inconmensurable".

Mónica Balasegaram, directora ejecutiva de la campaña para el acceso a medicamentos esenciales de Médicos Sin Fronteras (MSF), dice: "celebramos que el comité del premio Nobel haya premiado el trabajo en tratamientos para enfermedades desatendidas. Estos medicamentos han salvado millones de vidas en las poblaciones más desatendidas de las zonas rurales de los países en desarrollo".

Avermectina y malaria, unidas

Se había visto que cuando los mosquitos que transmiten la malaria picaban a personas que tenían ciertos niveles en sangre de avermectina morían" y eso se comprobó en ensayos clínicos. Desde entonces se trabaja en formulaciones capaces de mantener los niveles de avermectina en sangre más allá de un día".

Otros grupos estudian en la misma línea y se propone construir una red que coordine todos los esfuerzos para plantear esta medida como política de salud pública. Dados los resultados, se piensa que si se distribuyera este medicamento en determinadas poblaciones, el número de mosquitos disminuiría, lo que significa que la avermectina tiene un claro potencial de convertirse en una nueva herramienta para controlar los mosquitos que propagan la malaria.

Como subraya Balasegaram, aún queda mucho trabajo por hacer. "Ya hay indicios preocupantes de resistencias a los tratamientos con artemisinina para la malaria y necesitamos, urgentemente, mejores tratamientos para otras enfermedades tropicales olvidadas. El actual sistema de investigación y desarrollo, basado sobre todo en altos precios para mercados de ingresos altos, no puede ofrecer este tipo de tratamientos. Por tanto, este premio tiene que ser una llamada a la acción para financiar de manera sostenible y dar prioridad a los proyectos de investigación y desarrollo que respondan a las necesidades de los pacientes olvidados por el mundo en desarrollo".

FUENTE: http://www.elmundo.es/salud/2015/10/05/56124227ca4741f9308b4578.html