viernes, 16 de diciembre de 2016

El Año de la Misericordia



Por Cindy Wooden

Catholic News Service

El Papa Francisco se revistió con un bata de hospital verde colocada sobre su casulla blanca e ingresó a la Unidad de Bebés Recién Nacidos del Hospital San Giovanni de Roma, observando las incubadoras, haciendo la señal de la cruz, animando a padres de familia preocupados.

La visita del Área de Neonatología de este Hospital y, después, a un hospicio, el 16 de septiembre del 2016, fueron parte de una serie de actividades del Viernes de Misericordia que el Papa Francisco ha venido realizando una vez al mes durante el Año de la Misericordia.

Al visitar a los recién nacidos y a los moribundos en el mismo día, el Vaticano dijo que el Papa Francisco “quería dar una fuerte señal de la importancia de la vida desde su primer momento hasta su término natural”.

“Darle la bienvenida a la vida y garantizar su dignidad en todo momento de su desarrollo es una enseñanza que el Papa Francisco ha enfatizado muchas veces”, decía una declaración del Vaticano. Con las visitas que hizo en septiembre el Papa quería colocar “un sello concreto y tangible” sobre sus enseñanzas, en el sentido de que vivir una vida de misericordia significa darles especial atención a aquellas personas que se encuentren en las más precarias circunstancias.

Durante sus visitas, el Papa Francisco ha pasado tiempo con inmigrantes, con personas de la tercera edad, con drogadictos en recuperación y con víctimas de la trata de personas.

El Papa Francisco se detuvo en la sala de emergencia del Hospital San Giovanni antes de dirigirse al Área de Neonatología, donde se cuidaban a doce pequeños pacientes. Cinco de los recién nacidos, incluyendo un par de gemelos, se encontraban bajo cuidado intensivo, dijo el Vaticano.

El Papa también se dirigió al área de maternidad en otro piso y saludó a los nuevos padres, chineando a los bebes.

En la Neonatología, dijo el Vaticano, el Papa “fue recibido con sorpresa por los trabajadores” y, como todo mundo, el Papa se puso su bata de hospital y se apegó a todos los procedimientos de higiene.

Después de salir del hospital, el Papa manejó hasta el Hospicio Villa Speranza, en donde se encontraban unos 30 pacientes con enfermedades irremediables. El hospicio está conectado al hospital Gemelli de Roma.

El Papa Francisco entró a cada uno de los cuartos de los enfermos y saludó a cada paciente, dijo el Vaticano. “Se generó gran sorpresa por parte de todas las personas y familiares de pacientes, quienes experimentaron momentos de intensa emoción con lágrimas y sonrisas de alegría”.