domingo, 22 de diciembre de 2019

Van 40 años de que «el mundo y todos sus habitantes se han liberado de la viruela»

Vacuna contra la viruela, estatua fuera de la entrada de la sede de la OMS en Ginebra, Suiza


La Organización Mundial de la Salud conmemora el 40mo. aniversario de la erradicación de la viruela, un hito histórico por el que se subraya la urgente necesidad de invertir en seguridad sanitaria mundial y en cobertura sanitaria universal.

La OMS ha reconocido el momento histórico que supuso la confirmación de la erradicación de la enfermedad el 9 de diciembre de 1979. Cinco meses más tarde, en mayo de 1980, la 33ra. Asamblea Mundial de la Salud declaró oficialmente que «el mundo y todos sus habitantes se han liberado de la viruela».

Para marcar el final de esa plaga que afectó a millones de personas durante miles de años, se colocó una placa de bronce en la sede de la OMS en Ginebra, en la misma sala en la que, 40 años antes, los 19 miembros de la Comisión Mundial para la Certificación de la Erradicación de la Viruela certificaron que la enfermedad había sido erradicada en todo el mundo.

En el evento, el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pronunciado las siguientes palabras ante representantes de países y de las Naciones Unidas, y personal de la OMS, que trabajaron por acabar con la viruela: «Hoy, la viruela es la única enfermedad humana erradicada, una prueba de lo que podemos conseguir cuando todas las naciones trabajamos juntas. Ante las enfermedades epidémicas, tenemos una obligación y un destino compartidos.  Con esta placa conmemoramos a los héroes del mundo que unieron sus fuerzas para luchar contra la viruela y trabajaron por la seguridad de las generaciones futuras».

Hasta su erradicación, la viruela asoló a la humanidad durante al menos 3000 años y, solo en el siglo XX, acabó con la vida de 300 millones de personas. El último brote endémico de viruela se declaró y contuvo rápidamente en Somalia en 1977.

Gracias al eficaz Programa de Erradicación de la Viruela se obtuvieron instrumentos y conocimientos fundamentales sobre la vigilancia de la morbilidad, los beneficios de la vacunación en anillo y la importancia de la promoción de la salud en la lucha contra enfermedades como la poliomielitis y la enfermedad por el virus del Ébola. También sirvió para establecer en el mundo las bases de programas nacionales mejorados de inmunización que ayudaron a consolidar el establecimiento de la atención primaria de salud en muchos países y a trabajar por una cobertura sanitaria universal.

Esta celebración marca el inicio de una campaña de un año en la que la OMS y sus asociados conmemorarán la erradicación de la viruela y sensibilizarán sobre la necesidad de seguir luchando contra la poliomielitis y otras enfermedades, y de aumentar las inversiones en seguridad sanitaria mundial. En la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2020 se organizará una exposición sobre la erradicación de la viruela que, según está previsto, viajará a otros eventos, como a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.


 

miércoles, 11 de diciembre de 2019

El niño Maykel Eduardo en la Neo del Enrique

Al niño Maykel Eduardo le tomó un día llegar desde la Maternidad Isidro Ayora en Quito, Ecuador, al Hospital Enrique Garcés. En cambio, demoró 84 días en separarse de la ventilación mecánica invasiva. Hoy tiene 91 días de vida y todo hace pensar que va a lograrlo y podrá irse con su madre (a la costa) convirtiendose en otro graduado de la Neo del Enrique.

lunes, 2 de diciembre de 2019

En España, el bebé Salvador demoró cinco meses en pasar de Cuidados Intensivos a Cuidados Intermedios


Con su birrete, así salió Salvador de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid el pasado 30 de noviembre. Un motivo de celebración porque el pequeño llevaba ingresado cinco meses y 12 días en esta Unidad. Salvador nació a las 24 semanas, en un parto gemelar; pesaba 500 gramos.

Ahora, el niño ha abandonado la UCI y pasa a la Unidad de Cuidados Intermedios, que es aquella en las que los pacientes previsiblemente tienen un bajo riesgo de necesitar medidas terapéuticas de soporte vital, pero que requieren más monitorización y cuidados de enfermería de los que pueden recibir en una planta de hospitalización convencional.

Un paso a planta muy especial que el centro ha decidido festejar preparando una fiesta, una de graduación, en homenaje al pequeño y a sus padres. En el video, se ve como Salvador tiene puesto un birrete azul en el que consta su nombre y está rodeado de globos. Es el caso más grave que han tratado en los últimos años en esta Unidad y que ha emocionado a todos.

En España, nacen cada año unos 23.000 niños prematuros, es decir, antes de la semana 37, y representan el 75% de los ingresos hospitalarios en neonatos, según los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neonatología (SENeo). En Europa, son 500.000 los que lo hacen anualmente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prematuridad es la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de muertes. Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en el planeta.


Graduar a los prematuros, una idea original de Estados Unidos

La graduación es un evento de gran relevancia en Estados Unidos, aunque cada vez es más común en España, porque significa el final de una etapa y el principio de otra y se basa en el esfuerzo y la consecución de un objetivo. Pero más allá de las celebraciones comunes que acontecen en guarderías, colegios y universidades de distintas partes del país, en 2017 una enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Carolina del Norte decidió que también era importante, y mucho, celebrar cuando los bebés nacidos antes de tiempo abandonaban el hospital.

La idea original, según explicaban entonces varios medios, fue de Melissa Jordan que, tras cuidar a un prematuro que pasó unos 62 días en la UCI, decidió hacer la primera ceremonia de estas características. El mismo día que el pequeño se iba a casa, los padres le vistieron con un birrete -que hacen las propias enfermeras- y un cartel que decía “graduado de la UCI”. El acontecimiento fue único e inspiró a Jordan a continuar haciéndolo con otros bebés.

"Estar en la UCI es una montaña rusa emocional para el pequeño. Un día están perfectamente y, al siguiente, sufren una recaída. Y tienes que estar ahí para apoyar emocional y psicológicamente a los pequeños y a sus familiares. Celebrar cada paso que dan hacia delante es importante. Es un hito para ellos”, agregó la enfermera en aquel momento.