miércoles, 26 de septiembre de 2012

Diario EL COMERCIO, Miércoles 26 de septiembre del 2012



El período de lactancia se amplió a 12 meses con la reforma laboral

Redacción Negocios:

Los empleados están a la espera de la publicación en el Registro Oficial de la reciente Ley para la Defensa de los Derechos Laborales. 

La norma, que entró en vigencia por el ministerio de la ley, contempla, entre otras cosas, que los empleadores se pongan al día en la afiliación de sus empleados al IESS. Sin embargo, existe un límite para que lo hagan sin pagar multas. Quienes no hayan afiliado a sus trabajadores en los últimos tres años no serán sujetos de sanción, y podrán hacerlo extemporáneamente dentro de seis meses de expedida la Ley.

La nueva normativa también amplía el periodo de lactancia, de nueve a 12 meses.

Para el asambleísta Ramiro Terán (Movimiento Popular Democrático), miembro de la Comisión de lo Económico, el objetivo de ampliar el periodo de lactancia responde a la necesidad de que la madre esté más cerca del niño.

De esta manera, las madres pueden acomodar sus horarios para tomar las dos horas diarias de la lactancia previo acuerdo con el empleador.

Iván Nolivos, abogado laboral, explicó que la ley no tiene efecto retroactivo, pero las madres que ya están en horario de lactancia podrán beneficiarse de la nueva normativa. Es decir, si una persona ya está dando de lactar y su empleador le otorgó la licencia de dos horas diarias durante nueve meses y el plazo no concluye, automáticamente ya cuenta con el permiso de 12 meses, una vez publicada en el Registro Oficial.

El jurista destaca: “En caso de duda la norma debe ser interpretada en el sentido que más favorezca al trabajador”.

Con esta versión coincide Carlos Carlosama, abogado laboral, quien añade que si una empresa tiene servicio de guardería, la madre que está dando de lactar puede ausentarse 15 minutos cada hora para alimentar a su hijo.

En caso de que la empresa no tenga guardería y contrate un servicio externo, el patrono debe conceder las dos horas diarias.

Las compañías que tengan más de 50 trabajadores deben contar con servicio de guardería. Esta normativa ya estaba vigente.

Los cambios en materia laboral

Por esta sola vez los empleadores que no hubieren afiliado a sus trabajadores en relación de dependencia en los últimos tres años, así no se mantenga en la actualidad una relación laboral, no serán sancionados. Los empleadores podrán afiliarlos extemporáneamente al IESS dentro de seis meses, a partir de la expedición de la presente Ley.

Durante los 12 meses posteriores al parto, la jornada de la madre lactante durará seis horas. Así se equiparan las condiciones de las madres del sector público.

A los empleados y trabajadores domésticos se garantiza los mismos beneficios de cualquier otro trabajador en general, debiendo sus jornadas de trabajo y de descanso ser de cinco días a la semana o de 40 horas. Los días sábados y domingos serán de descanso.

El Estado, a través del Ministerio de Relaciones Laborales, de manera excepcional y por esta ocasión, previo informe sumario, procederá al pago de las indemnizaciones a que se encuentran obligados los empleadores de los casinos y demás salas de juego.

viernes, 21 de septiembre de 2012

54 alumnos pasaron de casi médicos a la desocupación



Por Pamela Parra, Redactora.

Diario EL COMERCIO, Viernes 21/09/2012

El cierre de las universidades tipo E ocasionó líos a especialmente 54 estudiantes de Medicina, quienes, tras cinco meses, aún no pueden ingresar a otra institución superior para terminar sus estudios. Ellos debían ingresar en este semestre al último nivel de la carrera en la Universidad Cristiana Latinoamericana (UCL).

El Consejo de Educación Superior (CES) les ofreció en principio cupos en la Universidad Central y en la Tecnológica Equinoccial (UTE). Pero las universidades ya empezaron clases hace un mes.

Sebastián Bazar, uno de los estudiantes afectados, deberá dejar los dos trabajos que tiene como médico internista en Quito para culminar la carrera en Riobamba. Esa fue la única alternativa que el CES le dio en la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch). Bazar dice haber pasado un “calvario” al tratar de conseguir un cupo.

Cursaba el noveno año y pagaba sus estudios con los USD 700 que le cancelaban en las dos clínicas. Por crédito, en la UCL debía pagar USD 35. Sentado en un sillón negro junto a cinco compañeros, dice que se sienten perjudicados. Aseguran que las ofertas para colocarlos en otras universidades no se han cumplido.

“Nos dijeron que había cupos en la Central y en la UTE. Nos tomaron pruebas, nos bajaron de nivel sin dejarnos ver los exámenes. No nos han dado cupos, ya todos empezaron clases menos nosotros”, cuenta indignada Diana Prieto, compañera de Bazar, quien por buscar soluciones para seguir estudiando renunció a su empleo en una clínica privada.

El CES ofreció 200 cupos en la U. Central y 120 en la UTE. Sin embargo, las plazas para que estudien ahora se negocian con la Espoch. Los jóvenes, que se sienten discriminados por el proceso del plan de contingencia, dicen que esa fue la única universidad que les dejó ver el resultado de sus exámenes, porque eran digitales.

Mireya Villalva, ex estudiante de la UCL, menciona que el CES no les ha mostrado las pruebas de ubicación y que, para tomarles esos exámenes, el organismo les cambió el temario tres días antes de la evaluación. “La materia que vemos es extensa y para dar los exámenes siempre proporcionan un temario. Este se cambió tres veces hasta que nos evaluaron sin darnos el tiempo suficiente”.

Por esto han protestado. La mañana del miércoles exigieron otra reunión para resolver su situación, la cual -relatan con pena- ha causado depresión en ex compañeros. “Ser médicos es nuestro sueño, nos gusta y por esto muchos renunciaron a sus estudios, desertaron”, se lamenta Bazar sosteniendo su maleta llena de instrumentos médicos.

La contradicción

Dos ex profesores de la UCL acompañan a los chicos en sus reclamos. Una de ellos es la patóloga Dolores Franco. Molesta dice que sus ex alumnos han sido calificados como “mediocres” causándoles problemas, no solo psicológicos sino laborales.

Los estudiantes de la UCL han hecho prácticas en hospitales públicos como el Eugenio Espejo, Baca Ortiz, IESS, Pablo Arturo. No tuvieron malas experiencias.

Tania Chimbo se graduó en la primera promoción de la UCL en Medicina, en el 2007. Se ganó un posgrado en Pediatría en la Universidad Internacional en convenio con el Hospital Metropolitano. Hoy es supervisora de esa especialidad en el Patronato Sur y el lunes le informaron que por ser la mejor egresada del posgrado le otorgarán una pasantía en el Hospital Miami Children, en EE.UU.

Franco considera que los mecanismos para evaluar la calidad educativa de los estudiantes de la UCL no fueron éticos. “Los mismos maestros que enseñamos en la UCL también lo hacemos en otras universidades públicas y privadas calificadas con A”. Ella ha impartido clases en posgrado de Patología en la Central.

Según el CES, los estudiantes que protestan son los que han tenido problemas en la aprobación de todos sus créditos para estar en el último nivel. Germán Rojas, miembro del organismo, señaló que hay casos de alumnos que aún no han pasado Anatomía, pero que de todos modos se analiza caso por caso para una solución.

El miércoles, el CES se reunió con directivos de universidades. Allí estuvo el presidente del CES, René Ramírez, quien en entrevista para este Diario mencionó que la exigencia en el plan de contingencia fue exclusiva para los estudiantes de Medicina, Odontología y Educación. “El país debe saber que pone su salud y educación en las mejores manos. No podemos permitir que en esas carreras no haya gente buena”.

Médicos Cubanos

Editorial de Diario EL COMERCIO, viernes 21 de septiembre del 2012



El anuncio formulado la semana pasada por la Ministra de Salud no deja de causar sorpresa. A fines de mes el sistema de salud pública espera contar con médicos cubanos para 25 especialidades. La información cobra más relevancia cuando se ha discutido en los últimos meses sobre la separación de los especialistas ecuatorianos por diferencias de opinión en torno al horario de las prestaciones de sus servicios en las casas de salud.

La tesis del Gobierno es que los médicos deben trabajar las ocho horas que se exigen a los demás trabajadores. El Estado no quiere que los médicos que laboran en el sector público se dediquen al ejercicio profesional privado.

Los médicos, a través de sus representantes gremiales, sostienen que jornadas tan largas fatigan a los galenos y van en detrimento de la calidad de su trabajo y a la postre en perjuicio de los pacientes. También argumentan que esas jornadas impiden el espacio para la investigación, el estudio y la actualización constante que demanda una profesión tan delicada y sacrificada.

Pero hay varios problemas paralelos. En primer lugar la oferta no se ha efectuado a otros países. Muchos de los profesionales ecuatorianos que trabajan en Chile o España podrían volver pero habría que establecer su nivel de ingresos, que en muchos casos supera las tablas nacionales de pago. En cuanto a la medicina cubana, se ha predicado una muy buena fama, especialmente en el ámbito de la medicina preventiva y el plan de médico de la familia, mientras que otras fuentes sostienen que no goza de los adelantos tecnológicos requeridos.

No se trata de cerrar puertas a los médicos cubanos, pero parece un contrasentido contratarlos si hay ecuatorianos que pueden ocupar esas plazas en similares condiciones.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El Baca Ortiz tarda hasta dos meses en atender



Diario EL COMERCIO, Jueves 20 de septiembre del 2012.

Por Soraya Constante, Redactora.

Las madres que la mañana del viernes pasado esperaban su turno fuera del consultorio de Otorrinolaringología en el Hospital Baca Ortiz coincidían en decir que han esperado dos meses por su cita.

Solamente hay dos especialistas en esta área, quienes pese a haber anunciado su renuncia en agosto, conjuntamente con una veintena de médicos que mostraron su inconformidad por las 8 horas de trabajo y el maltrato institucional, siguen trabajando para conservar el servicio abierto.

“Yo desde julio ando por el turno”, decía Mariana Sulca, madre de un niño de 5 años que requería un examen de oídos. Las otras mujeres estaban más indignadas porque sus hijos necesitaron medicinas durante los meses de espera. Dora Loachamin contaba que a su pequeña de 3 años se le inflama el oído cada 15 días, debido a una fístula preauricular. “Me tuve que ir al centro de salud de mi parroquia, Cotogchoa, y pedirles medicina para aliviar el dolor de mi hija”.

Sonia Caiza, que también reside en la periferia de Quito, en Machachi, dijo que tuvo que enojarse para conseguir que en el centro de salud de su ciudad le pusieran dos inyecciones a su hijo para calmar las molestias que tenía en la garganta. “El Buprex (jarabe) ya no le aliviaba y el problema es que en Machachi no hay pediatra, solo médico general”.

La ministra de Salud, Carina Vance, dijo en un conversatorio el jueves que ha habido nueve solicitudes de renuncias ligadas al cambio de jornada laboral.

La dirección del hospital confirmó que dos cardiólogos prestaron sus servicios hasta la última semana de agosto y que los siete restantes se han acogido al proceso de compra de renuncias voluntarias con indemnización y están en espera de una respuesta del Ministerio de Salud.

Los cardiólogos que salieron del hospital el último día de agosto fueron José Gaybor, jefe del área, y Lucía Gordillo, encargada de hacer los ecocardiografías. En el equipo de cardiología quedan dos especialistas, que tienen que distribuirse el promedio de 70 pacientes que llega a diario a consulta externa y que ya esperaba un mes para ser atendido.

La consecuencia que más pesa con la salida del doctor Gaybor es que se ha parado el angiógrafo, un equipo de Rayos X cuya adquisición e instalación bordeó el USD1 millón. El cardiólogo ha dicho que luchó durante años para que este equipo llegara al hospital y poder resolver patologías como transposición de grandes arterias o hipertensión pulmonar severa. El equipo se compró en 2011, durante la emergencia sanitaria, y entró en funcionamiento en marzo de este año. Hasta la salida de Gaybor se había tratado a 32 niños en este servicio.

El problema de la movilidad de los médicos del hospital pediátrico también ha hecho que la Fundación Proyecto Fortaleza, que ayuda a pacientes con enfermedades catastróficas y raras, reoriente a sus miembros hacia otros hospitales públicos. Cecilia de Ashur, coordinadora de la fundación, habla de la dificultad de conseguir turnos en el Baca Ortiz desde que se dieron los primeros despidos (la compra de renuncias en octubre pasado).

“Envié una carta a la dirección (del pediátrico) para buscar una solución, pero nada ha cambiado. Opté por llevar a mis pacientes al servicio de Pediatría del Hospital Eugenio Espejo, he llevado a unos 15 más o menos. Allí hemos encontrado más apertura”. 

Renuncias

En octubre del 2011 se produjo la desvinculación de un centenar de especialistas a escala nacional por la compra obligatoria de renuncias. La Federación Médica, sin embargo, habló de más de 180 especialistas.

En el Baca Ortiz se pidió la renuncia de más de 10 especialistas. Entre ellos Milton Jijón, María Barba y Norma Moncayo, quienes se dedicaban al tratamiento de enfermedades raras.

Las madres de pacientes del pediátrico se han quejado desde entonces porque los reemplazos no han sido satisfactorios. En el hospital jamás se ha dicho que hay un red de pediatras que dan mayor cobertura