miércoles, 26 de agosto de 2020

En Perú los médicos convocaron a una protesta reinvindicatoria "porque nos están matando"


Por: María Santacecilia

Si hay algo que esta pandemia ha revelado con toda su crudeza es la peligrosa fragilidad de los sistemas de salud de muchos países. Es el caso del Perú, uno de los más castigados en Latinoamérica y el tercero de la región con mayor número de víctimas del CoVID-19, solo por detrás de Brasil y México; la letalidad del virus es allí especialmente elevada, con 843,5 muertes por millón de habitantes.

Un dato más: hasta el miércoles, 25 de agosto del 2020, 146 médicos peruanos habían perdido la vida contagiados por el coronavirus. En ese contexto, miles de doctores llevaron a cabo una jornada nacional de huelga para pedir mejoras salariales, denunciar la carencia de recursos y pedir diálogo. "Estamos en huelga porque nos están matando", rezaba un cartel que portaban los manifestantes. Otros llevaban ataúdes vacíos.

Más inversión, mejores condiciones laborales

En plena pandemia, una huelga de médicos puede despertar recelos y animadversión por parte de la sociedad. Por eso, Godofredo Talavera, presidente de Federación Médica, entidad convocante del paro, aseguró a Deutsche Welle (DW) que "la atención de los pacientes con diagnóstico o sospecha de CoVID-19, así como las emergencias y las personas hospitalizadas por otras patologías está garantizada al cien por cien", tan solo dejan de atenderse las consultas externas.

"Esto es una protesta para que el Gobierno incremente el porcentaje del PIB que se invierte en salud", agrega Talavera, que además denuncia la escasez de laboratorios moleculares para efectuar pruebas de coronavirus, la carencia de equipos de protección y la ausencia de recursos para efectuar rastreos entre los profesionales de la salud, y reclama la implementación de una prometida mejora salarial y laboral para los médicos.

"El virus no hace huelga"

Godofredo Talavera habló por teléfono con DW apostado en el frontis del Ministerio de Salud, en Lima, donde exige, junto con otros manifestantes, a la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, que atienda sus demandas. "Me parece lamentable que en una situación de pandemia estemos pensando en paralizaciones cuando nuestra población nos necesita", dijo la ministra Mazzetti cuando supo de la convocatoria de huelga. "Todos tenemos necesidades absolutamente entendibles, pero creo que no es el momento para este tipo de medidas. Nuestra población necesita del sistema de salud y el virus no hace huelga, ni levantamiento, ni marcha", añadió Mazzetti.

"Nosotros lo que queremos es dialogar y que el Gobierno cumpla con lo prometido, que es aumentar los presupuestos en salud para que tengamos equipos de protección, oxígeno, las mascarillas adecuadas… No tenemos relajantes musculares en todo el país para los pacientes que están con ventilación y tenemos que andar agarrándolos porque no toleran ese tipo de procedimientos", replica Talavera a la ministra. "Con esas palabras, Mazzetti trata de poner a la sociedad en contra de los médicos", concluye Godofredo Talavera.

Responsabilidad y derechos médicos

Inicialmente iba a ser un paro de dos días, pero a última hora fue cambiado por una sola "jornada de protesta (...) como una forma de llamar la atención", declaró, por su parte, el decano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios, a la emisora RPP.

Para la consejera sénior Julia Tainijoki, experta en ética médica de la World Medical Association, cuando estamos ante una huelga de médicos, "se trata de una cuestión de derechos y de responsabilidad". El personal de salud tiene derecho a buenas condiciones de trabajo, tanto higiénicas como en cuanto a estándares de seguridad. "Durante la pandemia hemos visto casos de violencia y discriminación contra el personal médico ", dice a DW Julia Tainijoki, desde Suiza. Por otro lado, estos trabajadores tienen la responsabilidad de asegurarse que la gente reciba tratamiento médico, dice Tainijoki, que nos remite a la página de la World Medical Associaton. En ella se recuerda que los doctores pueden llevar a cabo acciones de protesta para mejorar directa o indirectamente condiciones de trabajo que pueden afectar al cuidado de los pacientes. Eso sí, advierte que quien participe en una acción colectiva, no está exento de sus obligaciones profesionales hacia sus pacientes.



 

martes, 25 de agosto de 2020

En los tiempos del coronavirus, los países liderados por mujeres van mejor


En Africa ya no hay polio


Por José Naranjo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado oficialmente este martes a África “libre de poliovirus salvaje”, un hito histórico en la lucha contra la poliomielitis que se produce  cuatro años después de los últimos casos en el noreste de Nigeria. La batalla contra la erradicación de esta enfermedad en el mundo comenzó hace nada menos que 30 años atrás y está en el camino de conseguirse pues solo quedan dos países con casos: Afganistán y Pakistán. De lograrse sería la segunda enfermedad humana erradicada en el mundo, tras la viruela en 1979.

Una impresionante combinación de esfuerzos públicos y privados y campañas masivas de vacunación, muchas veces en zonas de alto riesgo por la presencia de grupos terroristas, ha logrado la erradicación de África de una de sus lacras, que ha afectado a millones de niños en las últimas décadas. En 1988 había 350.000 casos en el mundo mientras que en 2013 se produjeron 416 contagios. El último país africano en sufrir casos de polio salvaje, es decir, que se produce a través de transmisión comunitaria frente a la que procede de la propia vacunación, ha sido Nigeria, que contaba con seis casos en 2014. Desde 2016 esa cifra ha sido cero.

"Gracias a los esfuerzos desplegados por los Gobiernos, el personal sanitario y las comunidades, se salvaron más de 1,8 millones de niños", ha asegurado la OMS en un comunicado. Esta enfermedad afecta sobre todo a los menores de cinco años porque el virus se aprovecha de la debilidad de su sistema inmunitario. El contagio se produce de persona a persona, sobre todo a través de las heces, y guarda una estrecha relación con las malas condiciones higiénicas y de saneamiento del entorno en el que viven. El virus ataca a la médula espinal y provoca parálisis parcial irreversible, sobre todo en las extremidades inferiores.

“Es una victoria formidable, un alivio”, ha asegurado a France Press el doctor Tunjui Funshuo, miembro del comité de lucha contra la polio en Nigeria de la asociación Rotary International. “Hace más de 30 años que lanzamos este desafío, ¡decir que estoy feliz es un eufemismo!”. La iniciativa para la erradicación de la polio ha costado unos 19.000 millones de dólares (unos 16.000 millones de euros) en tres décadas y continuará hasta que se acabe con ella en todo el mundo. Pakistán declaró 58 casos este año y Afganistán 29, los dos últimos focos de resistencia.

Las campañas de vacunación han tenido que hacer frente a la existencia de numerosos rumores y desconfianza por parte de la población. Líderes religiosos y sociales de las comunidades de estos países y del norte de Nigeria llegaron a asegurar que la inmunización era parte de un plan global de esterilización de los musulmanes, lo que provocó que numerosas familias llegaran incluso a esconder a sus hijos para evitar que fueran vacunados.

Los voluntarios y agentes sociales que recorrían los pueblos tuvieron que hacer frente incluso a la violencia de los grupos extremistas. De hecho, el inicio de la sublevación de Boko Haram en 2009 supuso un serio revés en el combate contra la polio porque muchos niños quedaron totalmente inaccesibles a la vacunación. Una veintena de enfermeros y agentes de salud fallecieron víctimas de la violencia radical en los últimos años. Fue precisamente en Borno, epicentro de la violencia yihadista, donde se registraron los últimos casos de polio salvaje en 2016.

El director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha mostrado su satisfacción durante el acto de declaración oficial celebrado este martes en Brazzaville (República del Congo) en el que ha participado mediante videoconferencia. “Hoy es un día de celebración y esperanza. Podemos felicitarnos de este éxito que es el fruto de la determinación y que solo ha sido posible por el poder de la colaboración y la solidaridad”. El máximo responsable del organismo sanitario mundial ha puesto el acento en un esfuerzo que ha llevado nada menos que nueve mil millones de vacunas a África desde 1996 y ha remarcado la utilidad de la experiencia en la lucha contra la polio frente a otras epidemias. “Este despliegue ha servido para combatir el ébola y está siendo clave para enfrentarse a la covid-19”.

La polio salvaje es aquella que procede del entorno y se diferencia de la polio de origen vacunal, que procede del virus atenuado que se inocula a la población y que en casos muy extremos de escaso saneamiento y subinmunización puede producir la enfermedad. Por eso, Ghebreyesus ha recordado que aún queda trabajo. “Celebramos el final de la polio salvaje, pero tenemos a 16 países con brotes de polio procedente de la vacuna. Esto es una amenaza, tenemos que terminar el trabajo, movilizar fondos, fortalecer sistemas de salud, entrenar agentes de salud y trabajar con las comunidades. Esta lucha cuesta dinero pero se trata de una inversión en un futuro más productivo. Como dijo Nelson Mandela, con determinación todo es posible”, ha manifestado. El director general de la OMS ha agradecido a todos los financiadores y colaboradores de la Iniciativa para la Erradicación de la Polio, como el Club Rotario, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), la Fundación Bill y Melinda Gates, la Alianza Mundial por la Vacunación (GAVI) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).

“Desde ahora, las futuras generaciones de niños africanos podrán vivir libres de polio salvaje”, se ha felicitado por su parte la directora regional para África de la OMS, la doctora Matshidiso Moeti, también mediante videoconferencia. “Para mí este es un increíble y emotivo día”, ha añadido, “uno de los grandes honores de mi vida. Este es un ejemplo de lo que podemos conseguir con la solidaridad internacional, una prueba de que las vacunas funcionan. Es un orgullo para África”. Asimismo, la doctora camerunesa Rose Leke, responsable de la comisión de certificación de la erradicación de la polio en África ha destacado el imprescindible trabajo de voluntarios y agentes comunitarios.

Esta enfermedad era un azote en todo el mundo hasta que se descubrió una vacuna allá por los años cincuenta del siglo pasado. A partir de ahí la inmunización fue ganando terreno rápidamente en el norte mientras que Asia y África mantuvieron durante décadas focos infecciosos. La erradicación de la polio en Nigeria es un significativo paso adelante aunque unos 30.000 niños siguen estando en peligro por vivir en zonas de difícil acceso debido a la violencia terrorista. Esta cifra se considera demasiado baja como para provocar una transmisión epidémica, según los expertos pero la vigilancia seguirá activa.