domingo, 23 de diciembre de 2012

Una tragedia estadounidense: Newsweek, 23 de diciembre del 2012, 13p.

Fotografía por Jessica Hill

La calma de un día de escuela hecha añicos

Por Andrew Romano

En algún momento cercano a las nueve, en la mañana del 14 de diciembre, un hombre joven, identificado por la Po­licía como Adam Lanza, entró en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, agarrando dos pistolas: una Sig Sauer y una Glock. Al poco rato, 28 personas habían muerto; entre ellas, la madre de Lanza, una maestra del jardín de niños en la Sandy Hook y 20 alumnos, ninguno de los cuales había celebrado aún su once­no cumpleaños. En cualquier sociedad sensata, eventos como este servirían como una sacu­dida al sistema. En EE UU se ha vuelto una rutina asquerosa. Estados Unidos ahora puede reivindicar 11 de los 20 peores tiroteos en masa del último medio siglo; la mitad de la docena de los tiroteos más fata­les en la historia de EE UU han sucedido solo en los últi­mos cinco años. En el Tecnoló­gico de Virginia, en Blacksburg, Virginia, 2007, 32 muertos. Binghamton, Nueva York, 2009, 13 muertos. Fort Hood, Texas, 2009,13 muertos. Aurora, Colo­rado, 2012,12 muertos. Con­dado de Geneva, Alabama, 2009,10 muertos. Y ahora San­dy Hook, donde un grito, pre­tendido como una advertencia, resonó por todo el sistema de altoparlantes; donde estudian­tes aterrorizados se escondieron en armarios, apiñados, lloran­do, en la esquina del gimna­sio; donde a los niños sobrevi­vientes se les dijo: "Tómense de las manos y cierren sus ojos" conforme los llevaban entre los cuerpos de sus compañeros de juegos.