miércoles, 3 de septiembre de 2014

El temor y los prejuicios


Una muestra clara del miedo al Ébola y del estigma que está generando ocurrió el pasado lunes. Un joven del que se sospechaba que podía estar contagiado de este virus y que, por tanto, se encontraba a la espera de los resultados de sus pruebas en uno de los centros de aislamiento gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Monrovia, capital de Liberia, se escapó del mismo y acudió buscando comida a un mercado próximo, donde fue sembrando el pánico a su paso. Un vídeo difundido este martes muestra los hechos. El joven, descalzo y vestido con un pantalón corto y una camiseta roja, va armado con un palo y piedras para hacer frente a las decenas de personas que le increpan, sin atreverse a acercarse a él. Personal del centro de aislamiento, vestidos con el traje de protección, lo persiguen hasta que consiguen hablar con él. Sin embargo, ante la negativa del joven de volver al centro, lo reducen y, a la fuerza, lo introducen en una camioneta, tal y como muestra el citado vídeo. 

Según ha informado MSF, "el paciente abandonó la zona de casos sospechosos de nuestro centro en Monrovia después de que empezó a sentirse desorientado. Un equipo lo siguió hasta el barrio y le trajo de vuelta para proporcionarle atención médica. Poco después fue dado de alta. Lógicamente hay un gran miedo y estigmatización en torno al Ébola en África occidental, lo que hace que el trabajo de promoción de la salud sea una parte muy importante de la respuesta. Además de la pérdida de vidas a causa de la enfermedad, las comunidades afectadas deben hacer frente también a las consecuencias del Ébola. Todo ello hace que sea más urgente la movilización de recursos, apoyo logístico y suministros por parte de la comunidad internacional".

Monrovia es, sin duda, la ciudad más afectada por la expansión del virus. Hay casos en todos los barrios y los epidemiólogos de la OMS creen que decenas de personas mueren en sus casas sin notificar la enfermedad, lo que agrava aún más la situación. Precisamente este martes los enfermeros del hospital JFK han iniciado una huelga en demanda de más medios de protección frente al virus y de mejores salarios. Según el portavoz de este colectivo, John Togba, los auxiliares sanitarios "carecen del equipo necesario (…) lo que está causando un aumento del número de contagios y muertes entre el personal". Togba añadió que los enfermeros se sienten "poco recompensados ante el alto riesgo al que están expuestos". 

Por su parte, la presidenta liberiana, Ellen Johnson-Sirleaf, volvió a insistir en que "la situación en nuestro país continúa siendo grave. Nuestro sistema de salud está sometido a mucha presión y la comunidad internacional no ha podido responder con rapidez". El Gobierno ha decidido prorrogar la medida de mantener al personal no esencial de la Administración en sus hogares durante todo el mes de septiembre, decreto que ya estuvo en vigor en agosto, para evitar así posibles contagios. Pese a todo Johnson-Sirleaf mostró una cierta esperanza al asegurar que "las condiciones están mejorando poco a poco y el mundo comienza a reaccionar".