martes, 15 de mayo de 2012

Time Magazine, May0 21, 2012 | Vol. 179 No. 20


¿Eres lo suficientemente mamá?

La revista Time reabre el debate sobre la lactancia materna al publicar en su última portada la imagen de una madre amamantando a su hijo de más de tres años, lo que enfrenta a partidarios y detractores de esta práctica, y un sugerente titular: “¿Eres lo suficientemente mamá?”.

Jamie Lynne Grumet, de 26 años y madre de un niño adoptado y otro biológico, protagoniza la foto y parte del artículo como autora de un blog, I am not the baby sitter, que trata nuevas teorías sobre la educación infantil que predican la "crianza con apego" ("attachment parenting") y que aboga por prácticas como la lactancia prolongada. Grumet quedó embarazada del segundo hijo cuando estaba en trámites de adopción del primero, así que optó por dar el pecho a ambos niños, que se llevan un año de diferencia. La mujer defiende su opción porque su madre también la amamantó a ella hasta los seis años y asegura que reafirma los vínculos con el mayor, que es afroamericano. Los padres de Grumet, explica, eran nutricionistas.

sábado, 12 de mayo de 2012

12 de mayo, Día Internacional de la Enfermera: Decirles gracias no sería suficiente, en especial en los momentos que vivimos...


Diario EL COMERCIO, Sábado 12 de mayo del 2012
 
IESS castiga a líder de enfermeras del Hospital Carlos Andrade Marín


Este 12 de mayo, Día de la Enfermera, llega en medio de la insatisfacción de las más de 750 enfermeras que laboran en el Hospital Carlos Andrade Marín.

El aumento de seis a ocho horas diarias de trabajo no ha sido bien recibido por este gremio. Además, a la presidenta de la Asociación de Enfermeras de este hospital, SaloméÁvalos, se le ha abierto un sumario administrativo por protestar.

Rosa Santamaría, presidenta del Colegio de Enfermeras de Pichincha, habla de irrespeto a sus derechos y de represión por parte de Ramiro González, presidente del Directorio del IESS. “Se está empezando a callar la voz de las líderes; hay discriminación porque sí se ha permitido que las auxiliares de enfermería y los tecnólogos trabajen solo 6 horas”.

Desde septiembre del 2011, cuando cambió la jornada laboral de los profesionales de la salud de seis a ocho horas diarias, las enfermeras ocuparon las calles para defender su jornada de seis horas, derecho que ganaron en 1999, tras probar los duros turnos rotativos que tienen y los riesgos de trabajo a los que se exponen por permanecer junto al paciente.

Santamaría señala en cambio que la ministra de Salud, Carina Vance, ha sido más receptiva a sus pedidos. “Hemos llegado a acuerdos en cuanto a una jornada de 6 horas y media con los hospitales del Ministerio de Salud, pero con el IESS no hemos tenido apertura”.

Martha Urbina, coordinadora de la gestión de Enfermería en el Hospital Eugenio Espejo, confirma que no hay malestar por el horario, pero sí habla de la carencia de enfermeras en el hospital. Contrario a la norma de la Organización Mundial de la Salud, que señala que debe haber una enfermera cada seis pacientes, en el Eugenio Espejo hay dos enfermeras por cada 36 pacientes y antes había una para la misma cantidad de pacientes. También dice que falta reclutar 40 enfermeras para nuevas áreas.

Henry Medrano, director del Salud del IESS, no contestó las llamadas de este Diario para dar su versión de la situación. Tampoco fue posible obtener una declaración de María del Carmen Andrade, directora de Comunicación del Seguro.

martes, 1 de mayo de 2012

Diario EL UNIVERSO, Martes 01 de mayo del 2012.


‘Exijo sanción para todos los que no atendieron a mi hijo’

Inés Huacón Correa no solo está destrozada por la muerte de su hijo Roberto Antonio Quimí Huacón, de 23 años, sino también indignada por el trato que le dieron en nueve casas asistenciales (hospitales y clínicas) de Daule y Guayaquil

Ella denunció en la Fiscalía del Guayas que en ninguna de esas casas de salud le dieron el ingreso a su hijo la madrugada del pasado viernes y murió en una ambulancia más tarde.

“Quisiera que sean sancionadas todas las personas que no le dieron auxilio a mi hijo, porque a nadie se le niega la ayuda para vivir”, expresa Huacón, mientras recuerda que la agonía de su vástago comenzó en el hospital de Daule, adonde fue trasladado tres veces desde que sufrió el accidente de tránsito, a las 17:00 del pasado miércoles.

El percance ocurrió en la vía de segundo orden que lleva a la parroquia Los Lojas, de Daule. Al parecer, un bache desestabilizó la moto en que Quimí iba con un amigo (inidentificado aún), cayó a la calzada y se golpeó fuertemente la cabeza.

En las dos primeras atenciones en el hospital de Daule, según Humberto Huacón, tío de la víctima, los médicos no diagnosticaron una gravedad.

Pero por el dolor de cabeza intenso y los constantes vómitos de sangre, el joven fue llevado por tercera ocasión y recién en ese momento los galenos se percatan de que la víctima necesitaba de cuidados intensivos. “Ahí lo quieren trasladar a Guayaquil”, dice ella.

No obstante, la esperanza de que el joven sea atendido con prontitud en una casa de salud del puerto principal se comenzó a desvanecer cuando en el hospital Guayaquil le negaron el ingreso “porque no había espacio”, según la madre.

“Nadie me pudo ayudar, ni siquiera en una clínica; bueno, en una clínica yo creo que por la razón (condición) social de nosotros quizás no nos pudieron haber atendido, pero en los hospitales sí”, reflexiona Inés Huacón, al desconocer que la Ley Orgánica de Salud, en su artículo 7, indica: “Toda persona, sin discriminación, tiene derecho a ser atendida inmediatamente con servicios profesionales de emergencia, suministro de medicamentos e insumos necesarios en los casos de riesgo inminente para la vida, en cualquier establecimiento de salud público o privado, sin requerir compromiso económico ni trámite administrativo previo”.

Luego, Roberto fue llevado hasta el hospital Luis Vernaza y, posteriormente, al sanatorio de la Policía, a las clínicas San Gabriel, Guayaquil, Kennedy Alborada y los hospitales Universitario y León Becerra. En ninguna de estas casas de salud, excepto en la de la institución policial ¬señala Huacón¬ le brindaron atención a su hijo.

Pero sostiene que en el hospital de la Policía, donde atendieron a Quimí por media hora, le advirtieron que por no ser miembro de la institución o familiar de estos debían cancelar $ 800 diarios.
“Querían una garantía y mi esposo (padrastro de la víctima) que fue policía dejó su credencial; no me importaba, así me quedara sin casa, quería que salven a mi hijo; pero luego una doctora me dijo que no tenían un ventilador y que no podían tenerlo ahí”, asegura Huacón.

Beatriz Miranda, subdirectora técnica de ese hospital, niega que se haya exigido dinero y asegura que no había espacio en el área de terapia intensiva. Además, que la medicina suministrada al paciente no fue facturada a los familiares.

La progenitora dijo no recordar que existe el SOAT (Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito) o el Fonsat (Fondo de Seguros de Accidentes de Tránsito), que debía cubrir hospitalización de pacientes hasta por $ 2.500. “Pero por lógica los doctores tenían que saberlo”.

Sandra Delgado, directora ejecutiva del Fonsat, indicó que todas las casas de salud, públicas y privadas, tenían la obligación de recibir al paciente. “Hasta por humanidad; que esto nos lleve a que estos casos no repitan”, dice.

Delgado recordó que ahora la familia tiene derecho a una indemnización de $ 5.000.

Inés Huacón Correa, madre de Roberto Quimí:

“No quiero que nadie pase por esto, mi hijo era un ser humano y no quiero que por la situación económica no lo tomen en cuenta”.

Santiago Felipe Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, Navarra, 1 de mayo de 1852 - Madrid, 17 de octubre de 1934): El Mundo Visto a los 80 Años

http://www.mediafire.com/?d9mmf0iavyepau4


domingo, 29 de abril de 2012

Diario EL UNIVERSO, 27 de marzo del 2012.


Despedida.

Por Plutarco Naranjo Vargas (Ambato, 18 de junio de 1921 – Quito, 27 de abril del 2012)

Por casi setenta años he escrito una columna semanal para diarios del Ecuador y otros países. Muchos y diversos temas me he permitido tratar, pero me place en especial haber dado preminencia a aquellos relacionados con las ciencias, tanto de la naturaleza como las ciencias humanas. Ciertamente, he intentado despertar curiosidad y acaso asombro entre mis lectores, curiosidad y asombro que yo mismo he experimentado al enterarme de descubrimientos y avances científicos. Gracias a ellos, el siglo pasado y este son, en la historia humana, los periodos de mayor y más esclarecida penetración en la realidad fenoménica del mundo. Que personas, sociedades, o países se queden rezagados o peor aún, al margen de aquello, es a la vez trágico y peligroso. Al menos, albergo esperanzas de haber entusiasmado a los lectores en estos temas, que he buscado tratar con amenidad no exenta de rigor. Pero también han sido asuntos de mi predilección la salud, la educación, la alimentación, nuestra maravillosa flora, los riquísimos mitos de nuestros aborígenes, nuestra historia y sus enseñanzas, así como otros tópicos sobre Ecuador y Latinoamérica. Igualmente, he buscado expresar mi entusiasmo ante las bellas o lúcidas creaciones de nuestros escritores, cronistas, investigadores y más hombres y mujeres dedicados, con fervor, a las tareas del intelecto. Como podrá juzgarse, he enfocado mi labor en periodismo desde una perspectiva poco cultivada entre nosotros. Ante la superabundancia de comentarios sobre política, divertimentos, deportes, crónica roja y similares, yo he deseado insistir con algo más difícil, más instructivo, a riesgo de espantar a los lectores con cifras, datos, estadísticas y más. Empero, ha sido gratísimo que lectores de aquí y allá (especialmente desde que Internet posibilitó intercambios mundiales instantáneos) hayan comentado, criticado, estimulado, y seguido mis publicaciones. He allí un beneficioso servicio de ciencias y técnicas. También he debido alertar sobre los peligros que estas entrañan en manos desaprensivas. Ya en 1858, recorriendo las Galápagos, Charles Darwin anotaba: “Parece que las aves del archipiélago no se han percatado aún de que el hombre es el más peligroso de los animales...”. Este juicio tan severo consta en Ecuador en las páginas de ‘Le Tour du Monde’, magnífico libro recién publicado por el Consejo Nacional de Cultura, libro que reúne relatos de viajeros que nos visitaron entre 1835 y 1912. En algunos artículos, he aludido a las intimidantes técnicas y mentiras que hoy posee “el más peligroso de los animales”. Quizá aquello haya contribuido a alertar a mis lectores y alumnos.

En todo caso, tras décadas de estos empeños míos, y años de combatir una grave enfermedad, hoy debo despedirme de mi columna. Lo hago declarando mi profundo agradecimiento a los diarios que acogieron mis artículos. Algunos de estos, publicados en EL COMERCIO, formaron parte de mi libro: Saber alimentarse; otros, aparecidos en EL UNIVERSO, ya son parte de Mitos, tradiciones y plantas alucinantes libro de próxima aparición bajo auspicios de la Universidad Andina Simón Bolívar.

A todos ellos y a mis lectores, debo momentos de enorme alegría.