sábado, 5 de diciembre de 2009

He intentado mandar esta nota al INFA y al Ministerio de Inclusión Económica y Social del que aquél depende, pero rebotan...

Quito, 05 de diciembre del 2009.

Señores del Instituto de la Niñez y la Familia:

Hasta antes de la desprivatización del INNFA (hoy INFA), su trabajo, sin ser perfecto, constituía un importante punto de apoyo para la actividad médica dentro del Ministerio de Salud Pública. ¿Por qué ha cambiado esa conducta? Al hacerse parte del sector público, el INFA obliga ahora a los familiares de los pacientes a deambular de clínica privada en clínica privada buscando proformas de exámenes o procedimientos especiales de los que carecen los hospitales públicos y que sus familiares (hospitalizados o no) necesitan, siendo muy pocos de ellos los que no tienen premura. Personas extremadamente pobres, que en ocasiones ni siquiera conocen la ciudad, tienen que deambular en ella haciendo una actividad que bien podrían (y deberían) realizar un (o unos) funcionario(s) y que, a través de los medios electrónicos de la actualidad, luce muchísimo menos complicada. Si los exámenes o los procedimientos requeridos son de urgencia, éstos bien se pueden conseguir cuando al paciente ya no le hagan falta y el daño sea irreparable. Esto no constituye lo que nadie llamaría precisamente modernidad. Anteriormente, cuando el INNFA era un entidad privada, si un bebé necesitaba, por ejemplo, una válvula de derivación ventrículo peritoneal o un examen de resonancia magnética, bastaba con el pedido del especialista y el informe del Servicio Social del hospital; el familiar tan solo acudía a las oficinas del INNFA una sola vez y un funcionario del mismo (generalmente en la tarde de ese mismo día) venía a entregar personalmente la válvula y a comprobar el estado del niño (a veces se recibían llamadas telefónicas con el mismo fin) o el familiar del paciente volvía al hospital con un sobre que autorizaba la realización de la resonancia magnética en algún sitio privado con el que el Servicio Social procedía a coordinar la fecha y hora de realización (probablemente al día siguiente). Hoy en día, el mismo trámite puede tomar semanas. No quisiéramos pensar que el Instituto, al volverse público, perdió eficacia y eficiencia, alimentando las manidas críticas que se dan a todo servicio público y a todo servidor público. ¿Es esto así? ¿Qué está haciendo el Instituto para cambiar este estado de cosas? Volveremos a los días en que exámenes, estudios y procedimientos con los que no se cuentan en los hospitales estatales se pueden realizar en pocas horas con un trámite relativamente sencillo. ¿Volverá el ahora INFA a ser tan eficiente como lo era en su época privada? La palabra la tienen ustedes. Las respuestas no necesariamente tendrían que dárnoslas a nosotros. Hay decenas de familiares de bebés, niños y ancianos que con mucho más derecho que el nuestro podrían reclamárselas.

Atentamente,

Fernando Agama C.
Médico de la Unidad de Neonatología
Hospital “Dr. Enrique Garcés”
Quito-Ecuador

ferac@puntonet.ec
ferac50@hotmail.com
http://www.neohegquito.blogspot.com/

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