Hay descuido en controles de embarazos
David Guerrero
En una de las salas del área de ginecología en la maternidad del Guasmo, al sur de Guayaquil, Ángela Chavarría, de 36 años, es atendida de una infección en las vías urinarias, que padece hace una semana. A pesar de tener 36 semanas de embarazo, es decir 8 meses, recién se preocupó ayer de hacerse controles prenatales. Lo que al final la condujo hasta la casa de salud son los fuertes dolores de cabeza que tiene desde hace un mes.
Rebeca Yonceé, coordinadora de servicios hospitalarios del nosocomio, se mostró preocupada por el pequeño tamaño del abdomen de la paciente.
Chavarría, quien es madre de 3 hijos, admitió que se confió con el cuarto embarazo, pues anteriormente alumbró a sus vástagos en la casa, sin mayores inconvenientes.
Los especialistas que la atienden le comunicaron que de los avances en el tratamiento dependerá la futura salud del neonato.
La falta de control prenatal está considerada por el Ministerio de Salud Pública (MSP) entre los mayores factores de riesgo en la salud del recién nacido.
Belén Nieto, encargada del Programa de Salud de la Mujer en el MSP, aseguró que, en promedio, las mujeres que asisten a las maternidades públicas y privadas van solamente a 3 consultas prenatales; pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que las madres deben realizarse mínimo 5 controles.
En cambio, un estudio del Observatorio de Derechos de la Niñez y Adolescencia (ODNA), del año pasado, precisó que el 7% de las embarazadas nunca asistió a un servicio de salud.
Nieto explicó que la preocupación radica en que la condición biológica del bebé se complica por la falta de controles.
Entre otras anomalías, el bebé podría nacer anémico (defensas bajas), con VIH (si la madre es portadora) o con malformaciones congénitas (debido a las condiciones del útero).
Entre las razones por las que las madres no van a las unidades de salud públicas, los médicos citaron la falta de formación y la errónea percepción de lo que significa un embarazo.
“Muchas mujeres, al sentirse bien de salud, dejan de asistir a los chequeos”, dijo Nieto.
Otro de los factores es la falta de tiempo de las madres, debido a los compromisos laborales o porque sus superiores no les otorgan permiso.
Lourdes Almeida, directora del subcentro Pablo Neruda, explicó que las madres de los sectores populares y rurales prefieren dejarse guiar por los consejos de mujeres que ya tienen hijos, matronas y otras personas que, si bien conocen del tema “no son especialistas en la materia”.
Ana Muñoz, moradora de Flor de Bastión, tuvo a su segundo hijo hace dos meses en la clínica San Martín, al este de Guayaquil. En su primer embarazo tuvo complicaciones de pérdida de líquido amniótico, por lo que su hijo presentó una ligera desviación en el brazo derecho durante la cesárea. “Me explicaron que la falta de líquido no le permitió total libertad de movimiento”. Muñoz únicamente acudió a dos controles prenatales en la maternidad Marianita de Jesús; pero dejó de hacerlo porque la atención era lenta. “Yo tengo mi trabajo y prácticamente perdía una mañana por esperar una consulta”. Tras 10 semanas de gestación, dejó de asistir a la maternidad Marianita de Jesús. Retomó los controles prenatales en una unidad de salud particular luego de 4 meses.
Según Paúl Moscoso, pediatra del hospital Metropolitano de Quito, que apoyó el estudio de ODNA, la atención privada cambia la mentalidad de las pacientes embarazadas. “Cuando la persona está en condiciones de pagar el servicio, acude puntualmente porque sabe que la atenderán de forma rápida”, afirmó.
En promedio, en las clínicas, la consulta prenatal tiene valores que van de los $ 10 a los $ 200, según los tratamientos que reciban. Para cambiar ciertas creencias sobre la salud materna pública, Moscoso manifestó que hace falta impulsar más publicidad para informar sobre los riesgos del embarazo no controlado.
“Existen vacíos dentro de la salud primaria que deben ser resueltos y elaborar un mapa sobre la situación en la atención a las madres embarazadas”.
El Ministerio de Salud anunció que se trabaja en la implementación de una campaña de control prenatal para concienciar a las mujeres embarazadas.
La funcionaria del MSP, Belén Nieto, quien aclaró que se capacita permanentemente al personal de salud, señaló que hay falta de interés de las madres en la salud del neonato, porque “culturalmente, prefieren la automedicación y los consejos de vecinos y familiares antes que la asesoría especializada”.
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