jueves, 24 de octubre de 2013

Artículo de opinión publicado en Diario EL COMERCIO, de Quito, Ecuador, 24 de octubre del 2013



De miedos y de furias

Por Rodrigo Fierro Benítez

 
Se me ha dado por temblar, con raptos de furia entre temblor y temblor, desde cuando la Asamblea Nacional aprobó el Código Integral Penal y pasó a manos del presidente Correa, quien tendrá la última palabra.

En lo que a mí respecta, en lo que a mi circunstancia viene al caso, despenalizar los delitos de opinión que apuntan a personajes públicos, es una bandera de lucha. No me falta razón: se me instauró un juicio penal por un artículo de opinión, en el que me vi en indefensión ante una justicia politizada, comprometida con los designios de quien era el blanco de mis juicios de valor, muy poderoso por cierto. Más allá de lo personal, opinar es un derecho que define la naturaleza humana. En aquel Código Integral Penal se llegaba a extremos, como eso de buscar la configuración de un nuevo delito de opinión, el linchamiento mediático,que no prosperó. Pobre del periodista cuya opinión hubiera llegado con fuerza y se hubiese compartido con otros comunicadores. Queda en pie la criminalización de la profesión médica.

Es como si sintiera que me están ajustando los tornillos. Resulta que en aquel Código se criminaliza el ejercicio de la profesión médica. ¿Los médicos, criminales en potencia? ¿Criminales en potencia aquellos que se han preparado para curar enfermedades y salvar vidas? El caso de excepción, humano es errar. ¿Y los miles de miles de pacientes que recuperaron la salud y se les prolongó la vida? Que los médicos ecuatorianos han iniciado una movilización de protesta ante tal infamia, ¡en buenahora! Miedos y furias: ¿el destape de la caja de Pandora? El Gobierno no debe estar en sus cabales. ¡Se traerán médicos cubanos si se producen los paros del personal de salud! Ahí está Cubita la Bella y los hermanos Castro para sacar las papas de la brasa en Ecuador y ni digamos en Venezuela. Los castristas mantienen el poder por más de 50 años y se las saben todas. No hablemos de los Servicios de Seguridad e Inteligencia, de los que son maestros y sacan tajadas suculentas de quienes solicitan sus servicios.

Lo grave, lo que a mí me produce miedos y furias, como nunca antes, ni cuando se me llevó a un juicio penal, es que a los Castristas se les tenga de consejeros y se solicite su asistencia en asuntos relacionados con "la eficaz investigación y administración de justicia penal", hecho dado a conocer a la opinión pública por Antonio Rodríguez Vicéns (EL COMERCIO, 22 octubre, 2013).

¿Asistencia en investigación y administración de justicia penal por quienes recibieron prácticas y lecciones de los angelitos de la Unión Soviética? Es que no paramos: ayer los norteamericanos nos adiestraban en prácticas de tortura para hacerles cantar a los enemigos del Imperio. Que el ejemplo del Dr. Eugenio Espejo guíe los pasos de mis colegas.

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