miércoles, 3 de junio de 2015

El niño enfermo de difteria sigue “en estado muy grave”



Por   Jessica Mouzo Quintáns / E. G. Sevillano

El niño de 6 años vecino de Olot (Girona) que está ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona tras diagnosticársele difteria "sigue en estado muy grave", según ha confirmado el centro sanitario. Según ha podido saber EL PAÍS, el motivo de que el niño no esté inmunizado contra esta enfermedad —que tiene unas tasas de vacunación en España de entre el 90% y el 95%— se debe a que sus padres están en contra de las vacunas.

Salud Pública de la Generalitat está localizando y vigilando a las personas que tuvieron contacto cercano con el menor antes de que enfermara. El niño participó en un campamento escolar poco antes de manifestar los síntomas, así que entre los miembros de la familia y los niños del colegio de Olot hay unas 150 personas en vigilancia. La Agencia de Salud Pública avanzó ayer que está “administrando medicación preventiva y de refuerzo de vacunación a las personas que han tenido contacto estrecho con el paciente”.

Uno de los lugares por donde se han desplegado los equipos de la Agencia de Salud Pública ha sido la escuela Cor de Maria de Olot, centro donde estudiaba el menor. La directora del colegio, Anna Jordà, ha declinado dar información referida al menor por tratarse de una información confidencial, pero sí ha confirmado que Salud "ha comprobado las cartillas de vacunación de todos los niños". "La actividad en el colegio se está desarrollando con total normalidad porque no hay ningún peligro ni sospecha de más casos", ha puntualizado la directora.

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha asegurado esta mañana que "es irresponsable no vacunar". Aunque ha evitado hablar de las razones esgrimidas por la familia del niño ingresado para no vacunarle, ha advertido de que "empieza a haber un discurso peligroso contra la vacunación". Alonso cree que este caso puede ayudar a "concienciar" a los padres que no quieren inmunizar a sus hijos. También ha recordado que "siempre está por encima el interés superior del menor".

Este es el primer caso de difteria en España en cerca de tres décadas. Esta enfermedad infecciosa, provocada por una bacteria, estaba erradicada gracias a las campañas de vacunación masivas. Se empezó a vacunar contra la difteria en 1945. En 1965 se incluyó en campañas con tétanos y tos ferina. De mil casos por 100.000 habitantes en pocos años se pasó a no registrar apenas ninguno. El Ministerio de Sanidad registró el último en 1987. En Cataluña hacía más tiempo, 32 años, que no se daba un caso de esta dolencia que afecta al sistema respiratorio y a otros órganos y que puede ser mortal.

El niño tuvo los primeros síntomas el pasado 23 de mayo, el día 28 el hospital comunicó los servicios de salud pública estatales (se trata de una enfermedad de declaración obligatoria) la sospecha de difteria y el día 29 se enviaron muestras al Centro Nacional de Microbiología, que confirmó al día siguiente que se trataba de un caso de difteria toxicogénica.

Cuando los análisis confirmaron la enfermedad, el menor fue llevado al Vall d'Hebron, donde sigue ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Allí los médicos le están tratando con un fármaco, una antitoxina, que el Ministerio de Sanidad estuvo buscando por medio mundo. Sanidad lanzó una alerta internacional y pidió ayuda a la Organización Mundial de la Salud y a Estados Unidos para encontrar dosis de este fármaco.

“El problema es que ya nadie tiene esta enfermedad. Está todo el mundo vacunado”, explicó Moreno. Finalmente, el embajador ruso medió para transportar en avión, en valija diplomática, el preparado de Moscú a Barcelona en la madrugada del lunes. Ayer por la noche estaba prevista la llegada de más dosis.

Expertos como Antoni Trilla, epidemiólogo del hospital Clínic de Barcelona, creen que no va a ser fácil encontrar el origen del contagio, puesto que puede haber transmitido la bacteria una persona que padezca la enfermedad en su variante leve o bien una que esté asintomática después de haber superado la enfermedad en las últimas semanas o meses. Después de pasar la difteria, la bacteria se puede alojar en la faringe y permanecer allí durante un tiempo, por lo que puede transmitirse al toser o estornudar muy cerca de otra persona.

FUENTE: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/06/03/catalunya/1433317900_919834.html

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