Por Georgina Zerega, Peter Orsi y Amy Guthrie
El hallazgo este lunes de los
cuerpos sin vida de Óscar y Valeria Martínez, un hombre salvadoreño y su hija
de un año y 11 meses, ahogados en las orillas del río Bravo ha sacudido al país
latinoamericano. La tragedia en la frontera que separa México y Estados Unidos
se da en medio de un recrudecimiento de la política migratoria mexicana, tras
alcanzar un acuerdo con la Administración de Donald Trump. El padre, la niña y
su madre, quien avisó de lo que había sucedido, habían dejado El Salvador y
emprendido el viaje hacia Estados Unidos por falta de recursos, según ha
asegurado su familia.
El suceso ocurrió el pasado
domingo por la tarde. Al llegar a Matamoros (Tamaulipas, México) a finales de
la semana pasada, la familia salvadoreña se encontró con una ciudad colapsada
por la migración. Las ganas de alcanzar territorio estadounidense y una larga
lista de espera para poder ser atendidos por la Agencia de Aduanas y Protección
Fronteriza de EE UU fue lo que motivó que se aventuraran a cruzar el río, según
ha afirmado un hermano de Martínez a EFE. "Muchos tienen la teoría de que
si llegan nadando les van a dar asilo y, por desesperación, se lanzan al río en
vez de esperarse en una estación migratoria", relata Abraham
Pineda-Jácome, corresponsal de la agencia en el lugar.
"La madre nos contó que su
marido se había metido al río con su hija para cruzar hasta Brownsville [en
Texas, EE UU], la puso en la orilla estadounidense y, cuando regresó por su
mujer, Tania Vanessa Avalos, la niña viendo cómo se alejaba su padre se arrojó
al agua. Martínez regresó y logró tomar a Valeria, pero ambos fueron arrastrados
por la corriente", cuenta a este periódico Julia Le Duc, una de las
fotógrafas que presenció el operativo. Los gritos y la desesperación de la
mujer atrajeron a los que pasaban por el lugar, quienes terminaron por llamar a
las fuerzas de seguridad de Matamoros. La tarde del domingo se montó un
operativo pero al llegar la noche se suspendió hasta el lunes por la mañana,
cuando los agentes dieron con los dos cuerpos sin vida a unos 500 metros del
lugar donde se perdieron.
En la imagen se puede ver a la
niña dentro de la camiseta de su padre y con un brazo sobre el cuello del
hombre. "Parece que él, en su desesperación, metió a la niña en la camiseta
para no perderla en la corriente y lo que sucedió es que la corriente se los
llevó y los dos se ahogaron", señala Le Duc. Después de partir en abril de
El Salvador, la familia había entrado en México a través del cruce fronterizo
en Tapachula (Chiapas), donde les habían dado una visa humanitaria que les
permitía residir legalmente en el país mientras tramitaban asilo en Estados
Unidos.
Tras lo sucedido, una parte de la
familia que permanece en El Salvador ha solicitado ayuda al presidente Nayib
Bukele para repatriar los cuerpos. "Señor presidente, le quiero pedir de
favor, que nos ayude a repatriar el cuerpo de mi primo Óscar Alberto y de
nuestra pequeña Angie Valeria que por motivos de escasos recursos decidieron
emprender camino hacia EE UU", ha publicado este lunes en Twitter Enrique
Gómez, primo de Martínez. El Ejecutivo salvadoreño no tardó en responder la
solicitud. "Nos unimos al dolor por esta pérdida irreparable. Ningún
salvadoreño debería verse en la necesidad de dejar su país por falta de
oportunidades. Te pedimos que nos envíes un mensaje privado para iniciar la
repatriación". Por el momento, la madre y esposa de los fallecidos
permanece en Matamoros, a la espera de que le entreguen los cuerpos para volver
a su país.
El Gobierno de Tamaulipas ha
anunciado este martes que ya se han puesto en contacto con el consulado
salvadoreño para que asistan a la mujer en los trámites necesarios para la
entrega de los restos, que actualmente se encuentran en el Servicio Médico
Forense del lugar. "Al momento no hay informes que indiquen que la familia
iba acompañada por otras personas o algún pollero y habrían decidido ellos
hacer el cruce", ha dicho una portavoz a este periódico.
La foto es una muestra el drama
que se vive en las fronteras de México. "Era un polvorín, una tragedia que
se veía venir por lo que se está viviendo en los campamentos de migrantes en
Matamoros", apunta Le Duc sobre el colapso del sistema migratorio
mexicano. En esa zona del río Bravo, al menos una persona al mes muere ahogada
intentando llegar a Estados Unidos, cuenta Pineda-Jácome. Solo el año pasado
fallecieron 283 personas mientras intentaban cruzar la frontera. En la última
semana, un total de nueve personas, entre ellas cuatro niños, han sido
encontradas sin vida en la frontera con Texas. Una crisis migratoria que sigue
contando víctimas.
Fotografía: Julia Le Duc
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